Las periodistas Valentina Raffio y Verónica Pavés y la física Isabel Moreno publican un escrito para visibilizar la «campaña orquestada de acoso» a la que se enfrentan los y las divulgadoras especializadas en información climática y ambiental.
Las periodistas Valentina Raffio (El Periódico) y Verónica Pavés (El Día, La Provincia) y la física y meteoróloga Isabel Moreno se han hartado de recibir mensajes de odio por informar sobre la crisis climática. Tanto es así que han lanzado un manifiesto contra el auge del negacionismo climático, la polarización y el odio en redes sociales, apoyadas por un total de 25 entidades entre las que se encuentran Greenpeace, la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), el Col·legi de Periodistes de Catalunya y la Federación de Consumidores y Usuarios CECU.
«Si preguntas a cualquier persona que se dedique a la divulgación de temas sobre el cambio climático te dirá que se ha encontrado con mensajes de odio, insultos y amenazas por parte de negacionistas por el mero hecho de hablar de crisis climática», declara a Climática Valentina Raffio.
«Las personas que tienen un altavoz más grande son las que reciben más proporción de odio, pero esto es algo que afecta a todo el mundo. Hay grandes divulgadores climáticos que reconocen recibir amenazas diarias. Hay instituciones dedicadas a estudiar la crisis climática que han tenido que apagar su teléfono institucional por la avalancha de odio. Hay personas que han dejado de divulgar porque no soportaban la carga de odio que recibían sus contenidos. Aunque esta espiral de negacionismo y odio esté muy extendida, no podemos normalizarla», continúa.
Isabel Moreno, por su parte, cree que el detonante que la llevó a impulsar este manifiesto fue otra espiral: la del silencio. «Siempre ha habido personas que nos escribían este tipo de mensajes. Pero, desde hace unos meses, el volumen es muy superior. Hace unos años, cuando esto ocurría, incluso yo misma recomendaba no prestar atención a esta gente. Pero, precisamente por no hacerlo, el problema se ha ido haciendo más grande. Y otro peligro que comporta es que empiezan a sembrar dudas en otras personas. En la situación de crisis climática en la que estamos, no podemos perder tiempo en seguir discutiendo si existe o no el cambio climático», dice.
Ambas coinciden en que, en la mayoría de casos, el odio se origina en X (antes Twitter) o en TikTok, «pero después se va extendiendo a otras redes». «El problema es justamente ese: que estamos ante un fenómeno que se expande como un derrame de petróleo», añade Raffio. Sobre todo, cuando el contenido se viraliza y el algoritmo lo hace llegar a personas con el mismo pensamiento. Entonces, el odio se retroalimenta y se multiplican los comentarios.
Más allá del alcance del altavoz de cada divulgador, hay otro factor que influye en el número de mensajes de odio recibidos: el género. Según el manifiesto, «esta campaña se está ensañando especialmente con las mujeres científicas y comunicadoras, contra las que están vertiendo mensajes con un odio exacerbado, lenguaje cada vez más violento y claras connotaciones misóginas».
Ante estas muestras de odio, las tres comunicadoras reclaman cuatro líneas de acción:
1. De las autoridades políticas, un compromiso para frenar el auge del negacionismo en España, así como para no seguir alimentando la polarización que está provocando esta oleada de desinformación y odio. También pedimos impulsar medidas efectivas para combatir la desinformación y promover la información climática de calidad en todas las esferas sociales.
2. Que las autoridades policiales y judiciales investiguen aquellos perfiles y grupos que, desde el anonimato, alimentan esta campaña de odio, organizan ataques a los perfiles de comunicadores y vierten amenazas hacia los mismos.
3. De los gestores y empresas responsables de redes sociales, un mayor compromiso para frenar esta oleada de negacionismo, teorías de la conspiración y desinformación en sus respectivas plataformas. También reclamamos herramientas claras para proteger a aquellas personas que están sufriendo campañas de acoso específicas.
4. Que los medios de comunicación, así como aquellos creadores de contenidos con una plataforma de masas, no contribuyan a dar voz a estas visiones claramente negacionistas o a alimentar la polarización sobre el debate climático.
«No podemos permitir, en este momento tan crucial para la humanidad, que el negacionismo climático nos haga dar un paso atrás, difundiendo información falsa, alimentando la polarización social y sesgando los debates necesarios para hacer frente a esta crisis de alcance global», recuerdan.