Este miércoles 11 de agosto se cumple un año desde que Rusia registró la primera vacuna contra el coronavirus en todo el mundo, Sputnik V.
Hoy en día el fármaco, desarrollado por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, y que recibió su nombre en honor al primer satélite soviético, está registrado en 69 países con una población total de más de 3.700 millones de personas. En términos de la cantidad de aprobaciones recibidas por los reguladores estatales, Sputnik V ocupa el segundo lugar en el mundo.
Los datos del Ministerio de Salud de Rusia y de los reguladores de varios países, incluidos Argentina, México, San Marino, Serbia, Baréin, Hungría y Emiratos Árabes Unidos, que fueron obtenidos durante la vacunación de la población, han demostrado que Sputnik V es una de las vacunas anticovid más seguras y eficaces del mundo.
¿En qué se basa Sputnik V?
Sputnik V utiliza una tecnología de adenovirus humano de dos vectores diferentes, Ad26 y Ad5, que se aplican en dos inyecciones, a administrar con una separación de 21 días entre una y otra. Esta solución no contiene adenovirus humanos vivos, sino vectores adenovirales, que no se multiplican y resultan completamente seguros para la salud.
Sputnik V es la primera entre las vacunas anticovid que aplica un enfoque de refuerzo heterogéneo, que se basa en el uso de dos vectores diferentes para dos inyecciones durante el proceso de vacunación. Esto crea una inmunidad más fuerte, en comparación con los fármacos que utilizan el mismo mecanismo para ambas dosis.
Eficacia
En febrero, la prestigiosa revista médica The Lancet publicó los resultados preliminares de los ensayos de la tercera fase de Sputnik V, que muestran que tiene una eficacia del 91,6 %, es apta para todos los grupos de edad y no tiene efectos secundarios graves.
En julio, otra prestigiosa revista científica, Nature, informó que las pruebas obtenidas en Rusia y varios otros países sugieren que la vacuna rusa es "segura y eficaz".
Según los datos sobre la incidencia de coronavirus entre los rusos vacunados con ambos componentes de Sputnik V en el período va del pasado 5 de diciembre al 31 de marzo, la eficacia del fármaco es de 97,6 %.
Varios estudios indican asimismo la ausencia de cualquier efecto secundario serio tras las inoculaciones de Sputnik V. Además, la vacuna también demostró ser eficaz contra nuevas variantes del coronavirus, como Alpha (procedente del Reino Unido), Beta (Sudáfrica), Gamma (Brasil) o Delta (India).
Este miércoles, el ministro de Salud ruso, Mijaíl Murashko, anunció que Sputnik V tiene una eficacia de aproximadamente el 83 % contra la cepa Delta. El alto cargo aclaró que la efectividad del fármaco contra los casos graves de la enfermedad es de más del 95 %, agregando que Sputnik V "previene las enfermedades graves que requieren hospitalización".
Por su parte, Alexánder Guíntsburg, director del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, responsable de la creación de Sputnik V, descartó la posibilidad de reacciones adversas después de la vacunación.
Cooperación internacional
Guíntsburg señaló que más de 40 millones de dosis de Sputnik V han entrado en circulación civil desde el momento de su registro.
Entre tanto, el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF) ha anunciado ya asociaciones para la producción de Sputnik V con más de 20 empresas en 14 países.
Además, el RDIF fue el primero en el mundo en ofrecer asociaciones con otros fabricantes de vacunas para realizar investigaciones conjuntas sobre el uso combinado de los fármacos para combatir la pandemia.
Así, desde el pasado febrero se realizan ensayos conjuntos con el primer componente de Sputnik V —llamado Sputnik Light— y la vacuna de AstraZeneca en los Emiratos Árabes Unidos, Azerbaiyán y Argentina. Los primeros resultados muestran que Sputnik V se puede utilizar eficazmente en combinación con otras vacunas.
Un estudio realizado en la provincia de Buenos Aires, Argentina, demostró que la primera dosis de Sputnik V en combinación con las vacunas de AstraZeneca, Sinopharm y Moderna tiene buenos resultados en materia de inmunidad y seguridad.
El epidemiólogo Michael Toole, del Instituto de Burnet (Australia), coincide en que la politización interfiere en el proceso de autorización del uso de Sputnik V en varios países, a pesar de ser más segura y eficaz que otros fármacos aprobados en Occidente.