En el fragor de la mortífera ofensiva israelí contra Gaza, los Estados Unidos bloquearon reiteradamente una declaración conjunta del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), que hacía un llamado a un alto el fuego inmediato entre Israel y el movimiento palestino HAMAS.
Al mismo tiempo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no mostró señales en pro de aumentar la presión pública sobre el régimen. En cambio, tanto su persona como su Administración subrayaron constantemente lo que dieron en llamar el derecho de Israel a defenderse.
El apoyo inquebrantable de Washington a Tel Aviv no es nada novedoso, pues ha existido durante décadas gracias a la influencia política y de las relaciones públicas proisraelí.