El desprecio de los países ricos por las necesidades de los pobres ha quedado más que evidenciada por la pandemia.
Este jueves se cumple un año de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la Covid-19 como pandemia, tras manifestar su preocupación debido a los “niveles alarmantes de propagación”.
A pesar de los meses de esfuerzos por contener la enfermedad, la respuesta es desigual a nivel mundial. Solamente este miércoles se contabilizan al menos 2.613.983 personas muertas desde el comienzo de la situación sanitaria y más de 117.688.732 de casos diagnosticados, según los registros globales.
Estados Unidos en el peor estado
Con más de medio millón de muertos, Estados Unidos es el país más afectado. Además de aumentar el ritmo de vacunación, aprobó entregar este miércoles un estímulo económico que asciende a 1,9 billones de dólares y que su presidente, Joe Biden, califica de “victoria histórica”.
Falta de insumos médicos, hospitales colapsados, más la ausencia de políticas estrictas de prevención, garantizaron que continuas olas de propagación afectaran al país. En este caso, influyó muchísimo el manejo gubernamental llevado a cabo por el expresidente Donald Trump.
Hasta el momento se han aplicado 93 millones de dosis de vacunación en el país, cuyos pedidos del medicamento son suficientes como para recibir a finales de mayo la cantidad suficiente para vacunar a todos sus ciudadanos adultos.
No obstante, Biden pidió renegociar el contrato de 100 millones de dosis adicionales con Johnson & Johnson. La vacunación, la disminución de viajes, aumento de inmunidad natural a causa de los contagios masivos y el uso de mascarillas son algunos de los factores que, según expertos, pudo haber disminuido el alza de los casos en el mes de febrero.
Pese a la disminución en ese breve tiempo, a diario están muriendo 1.600 personas como promedio, según los datos de la semana pasada.
Grave situación en América Latina
Brasil es otro de los países con una situación totalmente desfavorable. Este miércoles, la nación superó su número máximo de muertes en un día, alcanzando las 2.268 personas.
"Estamos en el peor momento de la pandemia en Brasil, la tasa de contagio con las variantes hace que la epidemia sea aún más grave. El año 2021 seguirá siendo muy duro", expresó la neumóloga e investigadora en la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), Margareth Dalcolmo, a medios internacionales.
Por su parte, la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, resaltó que “La situación en Brasil es muy preocupante. Esto nos recuerda que las zonas ya muy afectadas por el virus siguen siendo muy vulnerables a nuevas infecciones”.
El gigante sudamericano comenzó tardíamente su campaña de inmunización contra el virus cuyo saldo de muertes es de 270.656 personas. A esto se suma que el presidente ultraderechista, Jair Bolsonaro, ha negado los efectos de la pandemia y se opone a implementar políticas restrictivas y cierres de comercios que, según él, es para preservar los empleos.
El expresidente Luiz Inácio Lila Da Silva instó a la gente a vacunarse y a no seguir “ninguna decisión imbécil” del mandatario ni del ministerio de Salud.
Otro de los países más afectados en Latinoamérica es México, cuyo saldo de muertes junto a Brasil suman 703.922 y 22.260.740 casos reportados, según registros internacionales.
Esta semana, la OMS declaró la región en emergencia sanitaria debido a la incidencia de la variante brasileña al sur del territorio. Algunos países, entre ellos Chile, añadieron restricciones a los viajeros que arriben desde Brasil.
La Covid-19 y la infancia
Los que peor llevan la situación son los niños, niñas y adolescentes, quienes, según Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), han visto retroceder todos sus indicadores de desarrollo.
"Ha aumentado el número de niños que pasan hambre, que están aislados, maltratados, ansiosos, que viven en la pobreza y que se han visto obligados a casarse", expresó la directora ejecutiva de la entidad, Henrietta Fore.
"Su acceso a la educación, la socialización y los servicios esenciales que incluyen salud, nutrición y protección ha disminuido. Las señales de que los niños llevarán las cicatrices de la pandemia en los próximos años son inconfundibles", explicó Fore.
En 2020, el por ciento de niños que podrían sufrir desnutrición aumentó en 14 puntos, lo que significa serían entre 6 y 7 millones de niños en esa situación, fundamentalmente en África subsahariana y al Sur de Asia.
Por otra parte, también atenta contra los menores que las campañas de vacunación contra otras enfermedades, como el sarampión, quedaron suspendidas en 26 países por la nueva situación sanitaria, causando nuevas amenazas para la salud de los que no han sido inmunizados.
La directiva de la Unicef pidió que se tengan en cuenta a los niños en primer lugar en el momento de recuperación, que se dé prioridad a la reapertura de los colegios y brindando protección social a las familias.
Europa y la variante de Reino Unido
Mientras tanto, Europa también tiene olas de contagios preocupantes en regiones como Tirol en Austria, Niza y Mosela en Francia, Bolzano en Italia y partes de Baviera y Sajonia en Alemania.
En Francia, los hospitales no dan abasto y se hacen coordinaciones para evacuar enfermos de algunas regiones, sobre todo en París. Polonia tiene otro nuevo récord de contagios cuyas causas están en la “relajación creciente” de la población, según las autoridades.
Italia descendió su esperanza de vida a 82,3 años, a causa de la pandemia, de acuerdo con estadísticas oficiales.
A todo esto, se suma la incidencia de las variantes del virus que se propagan con mayor facilidad conocidas como B.1.1.7 de Reino Unido, la Sudafricana B.1.351 y la brasileña nombrada como B1.
Según un estudio publicado este miércoles en la revista médica BMJ, la variante británica es un 64 por ciento más mortal, pues por cada 1.000 casos detectados hay 4,1 muertos frente al 2,5 de la variante clásica de coronavirus.
Si finalmente le añadimos la falta de colaboración multilateral para enfrentar la pandemia, el acaparamiento de vacunas por las naciones más desarrolladas, las presiones económicas y políticas de las farmacéuticas sobre algunos países, a un año de la pandemia la mejora es discreta y le queda mucho trabajo por hacer a la humanidad, aún lejos de superar la crisis sanitaria.