Un experto en tráfico de armas detecta la atracción de los criminales que siembran el terror en Siria por pistolas fabricadas hace décadas en el País Vasco.
“Tan sólo en el mercado negro digital de armas de Idlib (noroeste de Siria, a 42 km de la frontera turca) se han identificado más de 300 anuncios de pistolas Star”, indicó Yago Rodríguez especialista en asuntos militares, tras una minuciosa investigación de todo tipo de documentación publicada en Internet.
Algunos de los anuncios mencionados podrían estar repetidos, reconoce el experto, que asegura aun así que esa posibilidad está incluida en sus cálculos, que le permiten asegurar que hay “más de mil” unidades de esa arma en Siria y al menos un centenar a la espera de comprador.
Las Star, desarrolladas entre 1975 y 1995 en la localidad guipuzcoana de Éibar, en el norte de España, están entre “las armas cortas más buscadas” por los takfiríes y entre las más vendidas, “junto a la Glock austriaca y la GP-35 belga”, añade Rodríguez. Tras la clausura de la fábrica en 1997, los trabajadores la reabrieron hasta hace 5 años.
Se les suman además modelos Astra —que se desarrollaron en la misma región entre principios del siglo XX y los años 1990— y Llama, fabricados también en el País Vasco a partir de 1931 y hasta la última década del siglo pasado, que puso fin a la industria española de este tipo.
Pistolas de la primera marca fabricadas en los años 1950 llegan a venderse en Siria, por su gran manejabilidad y discreción, por un precio similar —por encima de los 1800 euros— al que alcanzan 6 fusiles de asalto AK-47, por poderse ocultar con facilidad, señala el experto Rodríguez.
El especialista ignora cómo han llegado estas armas a Siria, pero apunta a distintas vías desde pequeñas partidas oficiales (los datos revelados no permiten confirmarlo), la acción de traficantes europeos (vía poco probable para Rodríguez) y reexportaciones desde EE.UU., camino por el que según el especialista hay “absoluta certeza” de que han llegado a EIIL (Daesh, en árabe) y el Frente Al-Nusra (actualmente, Frente Fath al-Sham).
Una cuarta vía, también privilegiada por el investigador es la de lotes vendidos con supuestas garantías y luego desviados por “ciertos países del Golfo Pérsico”, de las que pone el ejemplo de lanzagranadas vendidos a Riad localizados en la guerra saudí contra Yemen.