Las manifestaciones en la ciudad brasileña están dirigidas en contra de las políticas de congelamiento del gasto público y cambios en las pensiones.
Han estallado enfrentamientos entre manifestantes y policías en Río de Janeiro, Brasil. Los participantes de la protesta son trabajadores contrarios a las políticas de congelamiento del gasto público, así como a los cambios en las pensiones y la protección del empleo, según informa Causa Operaria.
Los manifestantes han erigido barricadas a lo largo de calles y están quemando muebles de oficina y neumáticos. Los participantes de la protesta también han lanzado proyectiles contra la Policía antidisturbios, que a su vez ha desplegado cañones de agua contra los manifestantes. Al menos 16 personas han sido detenidas durante los hechos.
Filmaciones muestran que los antidisturbios han utilizado además granadas de humo contra los manifestantes, y nubes de humo se han hecho visibles en el centro de Río de Janeiro. Por motivo del caos, ciudadanos han optado por buscar refugio en establecimientos cerrados y estaciones de metro.
Por otra parte, en la ciudad de Sao Paulo se registra una multitud protestando en las afueras de la casa del presidente de Brasil, Michel Temer, como parte del descontento popular. Según informa O Globo, se trata de unas 70.000 personas que han sido contenidas por la Policía cerca de la residencia.
A mediados del mes pasado, la indignación generalizada por la política de austeridad de Temer había impulsado salir a las calles a sindicatos y colectivos enteros de distintas empresas, escuelas y penitenciarías.
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Las causas del descontento
El conjunto de medidas en el que insiste el Gobierno de Temer pretende extender el tiempo de cotización y elevar la edad mínima requerida para obtener la jubilación a 65 años, en un país en que el promedio de la edad de retiro es de 54 años. Los críticos argumentan que mediante estas reformas los empleadores podrán forzar a sus empleados a firmar contratos onerosos para aumentar la cantidad de días laborables o su duración, entre otras consecuencias.
Desde la destitución de Dilma Rousseff, estas y otras medidas de ajuste económico buscan reactivar la economía, de acuerdo al Gobierno. No obstante, la periodista Eleonora Gosman opina, sin entrar en detalles, que las razones que alejaron a Rousseff del cargo "no eran válidas".
"Este es un Gobierno de corruptos", asegura Gosman acerca de la Administración de Temer. La reportera agrega que el mandatario, con el propósito de "hacer frente a las élites empresariales y políticas de su país", ha aprovechado su cargo asumido para aprobar estas medidas, ya que "estas reformas no pueden ser aprobadas en un régimen democrático".
