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"¿Qué esconden en Fort Detrick?": Pekín se pregunta sobre raras dolencias respiratorias vinculadas a un laboratorio militar de EE.UU. 

El portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Zhao Lijian, ha pedido a Estados Unidos que proporcione información sobre el "brote inexplicable" de enfermedades respiratorias y el importante número de casos de una dolencia pulmonar que se registraron en 2019 en la nación norteamericana.

Lijian formuló la solicitud este jueves durante su habitual conferencia de prensa, en respuesta a la orden dictada por el presidente estadounidense, Joe Biden, a la Inteligencia de su país para que le informe en los próximos tres meses sobre si el covid-19 surgió por primera vez en China de una fuente animal o de un accidente de laboratorio.

"¿Qué secretos se esconden en el [laboratorio militar] Fort Detrick envuelto en sospechas y en los más de 200 laboratorios biológicos estadounidenses en todo el mundo?", cuestionó el vocero de la Cancillería china. En particular, recordó que en julio del 2019 hubo informes de extrañas enfermedades respiratorias en el norte del estado de Virginia, cerca de Fort Detrick, y casi inmediatamente se registró otra dolencia (EVALI), supuestamente asociada al uso de cigarrillos electrónicos con más de 2.800 casos y 68 muertes.

La Inteligencia de EE.UU. "no tiene credibilidad"

Zhao Lijian indicó que el equipo de la Organización Mundial de la Salud que investigó los orígenes del covid-19 en China concluyó que era "extremadamente improbable" que la pandemia se originara en un laboratorio chino. Asimismo, acusó a las autoridades estadounidenses de no tener "ningún interés en un estudio científico serio de los orígenes" del covid-19.

"Su único objetivo es utilizar la pandemia para perseguir la estigmatización y la manipulación política para echar la culpa" a Pekín, denunció. También pidió a EE.UU. que reflexionara sobre su propio papel en la pandemia, puesto que es el país con mayor número de contagios y muertes. 

También recordó que la Inteligencia estadounidense tiene un "notorio historial" de "obras maestras" que incluyen la probeta con polvo blanco que en 2003 fue presentada ante la ONU por Colin Powell, entonces secretario de Estado de EE.UU., como prueba de la presencia de armas químicas en Irak para justificar la posterior invasión en el país árabe, o la escenificación de videos por los Cascos Blancos en Siria.

"¿Cómo puede alguien confiar en los resultados de una 'investigación' realizada por un órgano de inteligencia que no tiene credibilidad?", criticó.