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Internet, cuya audiencia hoy en día asciende a 4.500 millones de personas, es desde hace mucho una herramienta para promover cualquier idea. Sin embargo, hay cosas que no se pueden decir porque basta un paso en falso para ser censurado.

En la actualidad, los gigantes tecnológicos son libres de tomar las decisiones que les resulten beneficiosas, porque los principios básicos de interacción en Internet eximen a las redes sociales de responsabilidad por casi cualquier contenido que publiquen sus usuarios. Sin embargo, tienen total libertad para bloquear cualquier contenido que consideren inadecuado, pero vale destacar que la violencia y las retransmisiones de crímenes en vivo no asustan demasiado a los gigantes de Internet. En este caso están dispuestos a hacer la vista gorda.

En cuanto a la política, Twitter y Facebook ya han sido acusados en muchas ocasiones de ser sesgados y restrictivos. Recientemente, la red social de Mark Zuckerberg se ha visto envuelta en un escándalo sobre contenidos neonazis. Pasó mucho tiempo hasta que la empresa tomara medidas.

Muros digitales: frenar la censura

Ahora, son las empresas tecnológicas las que pueden verse bloqueadas. Mientras que en Rusia una nueva ley puede restringir el acceso a contenido dirigido al público ruso, China ya ha dado sus primeros pasos para crear un Internet nacional con una gran cortafuegos que lleva 20 años filtrando contenidos prohibidos, de forma cada vez más inteligente.

Ha comenzado la descentralización. Cada uno establece sus propias normas y regulaciones. Todos han visto que el modelo chino, en parte, contribuye a la seguridad del país y cada uno va avanzando en esa dirección. Se están levantando muros digitales en todos los continentes y el bloqueo de recursos de Internet por parte de Gobiernos se ha convertido en tendencia global. 

¿Cómo será el Internet del futuro? ¿A cambio de qué? ¿Cuáles serán las reglas del juego y cómo será el mecanismo que dirija la red global? La descentralización siempre es el inicio del derrumbe. Así cayeron los grandes imperios de todos los tiempos. Ahora sucede lo mismo en el espacio digital.