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Durante una audiencia de la Comisión del Senado estadounidense a cargo de las relaciones ‎exteriores, el senador Lindsay Graham interrogó al secretario de Estado Mike Pompeo sobre una ‎empresa estadounidense que acaba de firmar un "contrato" con una llamada «administración ‎autónoma» del noreste de Siria para explotar campos petrolíferos y equipar refinerías en esa ‎región. ‎

Pompeo confirmó que la negociación de dicho acuerdo había exigido más tiempo de lo que se ‎había previsto y que él personalmente respaldaba su firma. La aplicación de dicho acuerdo debería ‎comenzar con una producción diaria de 60 000 barriles de crudo y podría elevarse rápidamente ‎hasta 380 000 barriles diarios. ‎

La «administración autónoma» firmante de dicho contrato es una estructura ficticia instaurada ‎por el Pentágono en el noreste de Siria y entregada a una facción kurda. Los gobiernos de Siria y ‎de Turquía no han emitido comentarios. ‎

Crescent Energy Services, firmante estadounidense del contrato, es una empresa "tapadera" de la ‎CIA, está registrada en el Estado de Delaware –el paraíso fiscal de Estados Unidos– y tiene su ‎sede en Louisiana. ‎

Según hemos podido saber, los ingresos que irían a la «administración autónoma» se dividirían ‎en dos: 50% para los kurdos que son la cara visible de esa "administración" y 50% para la CIA, ‎que utilizará esos fondos para financiar sus operaciones secretas en el mundo entero ‎sin depender de presupuestos provenientes del Congreso.