El jefe de las insurgentes FARC-EP, Timoleón Jiménez, ratificó hoy su decisión para firmar la paz en 2016, a pesar de los complejos temas pendientes en las conversaciones con el Gobierno colombiano, pero consideró contraproducentes imposiciones o plazos fatales.
Seguiremos luchando para que 2016 pase a la historia como el año cuando se firmará y comenzará a cumplir el acuerdo final (de las pláticas pacifistas), insistió el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).
Las voluntades y energías de nuestro movimiento se mueven hacia ese único objetivo y nos sentimos seguros de que las grandes mayorías nos acompañarán a materializarlo y defenderlo, agregó.
Desde 2012 representantes gubernamentales y de esa agrupación guerrillera dialogan en la capital cubana con el objetivo de hallar una salida concertada a la confrontación, la cual ha causado la muerte a unos 300 mil ciudadanos en el transcurso de más de medio siglo.
Las materias objeto de discusión y consenso que se hallan aún pendientes son extensas, complejas y delicadas, razón por la cual no debieran ser blanco de presiones, plazos fatales, ni imposiciones, manifestó Jiménez en su mensaje de fin de año.
Como resultado de tales encuentros en La Habana ambas partes beligerantes lograron pactos en los temas de reforma rural integral, participación política, drogas ilícitas y víctimas del conflicto, considerado el asunto más controversial de los análisis.
Resta por definir los términos del cese el fuego bilateral, dejación de las armas, desmovilización y reintegración a la sociedad de los ahora combatientes, cuestiones contenidas en el acápite 3 de la agenda pactada inicialmente, así como conciliar puntos de vista en torno al mecanismo para refrendar por la vía popular los acuerdos.
Mientras el Gobierno opta por el plebiscito, las FARC-EP defienden la necesidad de una Asamblea Nacional Constituyente.
Pese a reconocer la seriedad con que ha trabajado la comisión de voceros gubernamentales el dirigente guerrillero criticó determinaciones del Ejecutivo que considera contradictorias frente al espíritu del proceso pacificador.
Particularmente rechazó el proyecto sobre las llamadas Zonas de Interés de Desarrollo Económico y Social (ZIDRES), que según defensores de derechos humanos profundizará el subdesarrollo rural, las políticas de fumigación sobre cultivos ilícitos y la erradicación forzada de tales sembrados, así como la represión contra comunidades.
Jiménez reprobó igualmente lo que consideró tratamiento indigno contra prisioneros de guerra.
En 2016 abriremos la puerta a la nueva Colombia, enfatizó.
Este jueves, políticos colombianos expresaron su respaldo a los esfuerzos a favor de la distensión, mensaje de apoyo al que se sumó también la Iglesia Católica.
