“Matarife, un genocida innombrable” es el nombre de una serie de 50 videos que desde hoy comenzarán a ser distribuidos, un video a la vez, por Whatsapp y Telegram, para contar, según sus creadores, “la historia criminal del expresidente Álvaro Uribe”, que no está comprobada por la justicia y que incluye acusaciones de nexos con el narcotráfico, masacres y paramilitarismo.
La serie la creó el abogado Daniel Mendoza, quien tiene vínculos y simpatías con la izquierda y cuando le preguntamos por su financiación no nos dio detalles, y dice haberse basado en artículos propios y de los periodistas Gonzalo Guillén y Julián Martínez, dos investigadores abiertamente activistas antiuribistas que escriben en el portal La Nueva Prensa, que cofundaron Guillén y Mendoza.
Por ahora, lo que se ha visto es el trailer en el que se evidencia una producción de calidad, que en los últimos días ha sido promocionado y vuelto tendencia por figuras reconocidas de la izquierda y el antiuribismo como estas:
https://twitter.com/HOLLMANMORRIS/status/1261078107890515968?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1261078107890515968&ref_url=https%3A%2F%2Flasillavacia.com%2Fentre-opacidad-militancia-y-acusaciones-uribe-genocida-arranca-matarife-76808 https://www.youtube.com/watch?v=7pVbtNO6qyU&feature=emb_logo
A juzgar por la cantidad de trinos, que tengan en sus redes sumados más de 200 mil seguidores y casi 200 mil más en grupos de difusión de mensajería, el producto se va a volver viral, va a ratificar el prejuicio de los opositores y críticos de Uribe y probablemente a potenciar el sentimiento de quienes lo defienden.
Es posible, también, que contribuya a sembrar en las generaciones más jóvenes, que nacieron después de la Seguridad Democrática, la idea que la izquierda ha promovido sobre el legado de Uribe.
Y más allá, va a ser el objeto de todo un debate alrededor de la libertad de expresión, los alcances y límites éticos del periodismo y la viralización de un contenido por canales de mensajería cerrada que va a ser imparable porque entrará al hoyo negro que es Whatsapp.
Sin estrenarse, Matarife es viral y ampolló en el uribismo
El abogado que creó matarife se llama Daniel Mendoza Leal, es también criminólogo, ambas profesiones de la Universidad Externado, y cofundó con Gonzalo Guillén el portal La Nueva Prensa.
Guillén es un investigador del fenómeno Uribe, lleva casi 30 años siguiéndole los pasos, y previamente fundó la agencia Colprensa, dirigió el desaparecido noticiero TV Hoy y fue editor de El País de Cali.
Es reconocido por haber denunciado al exgobernador de La Guajira Kiko Gómez -hoy condenado por homicidio.
Junto al periodista Julián Martínez, quien trabajó una década en Noticias Uno y sacó un libro sobre las Chuzadas del DAS, Guillén recientemente reveló una presunta compra de votos del asesinado ganadero y acusado narco Ñeñe Hernández, a favor de su amigo el presidente Iván Duque en 2018 en La Guajira y Cesar.
Ellos bautizaron sus artículos como la ‘Ñeñepolítica’ y han querido impulsar la narrativa de que el narcotráfico le compró la Presidencia a Duque, un asunto que genera dudas teniendo en cuenta que La Guajira y el Cesar pusieron menos del 1 por ciento de los votos con los que ganó Duque.
Además de eso, Guillén se destaca en Twitter por su virulencia y teorías conspirativas, como se puede ver en este trino:
O en este otro, en el que critica a militantes uribistas que, obviamente, salieron a desprestigiar la investigación:
https://twitter.com/HELIODOPTERO/status/1238575220300136448?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1238575220300136448&ref_url=https%3A%2F%2Flasillavacia.com%2Fentre-opacidad-militancia-y-acusaciones-uribe-genocida-arranca-matarife-76808
Tras la publicación, Guillén y Martínez denunciaron haber sido blanco de amenazas. En marzo, la Fundación para la Libertad de Prensa Flip documentó que un Senador, cuyo nombre no fue revelado, les pasó a los dos investigadores y a la Fundación un audio que detalla un supuesto plan para matar a Guillén, Martínez y Mendoza.
Con ese antecedente y lo que el avance de la serie muestra, Matarife se volvió en tres semanas un fenómeno viral: su canal de reproducciones en youtube ya cuenta con más de 127 mil suscriptores y los cuatro videos de expectativa ya tienen más de un millón de reproducciones; su cuenta en Twitter, 62 mil seguidores y durante varios días ha sido tendencia en esa red social.
Además, la página que actualmente clona las publicaciones de las columnas de Daniel Samper Pizano, Daniel Samper Ospina y Daniel Coronell, hizo publicidad al trailer.
Hay expectativa por lo que promete en el trailer decir y la justicia no ha comprobado: que Uribe tiene nexos con narcotraficantes, con los paramilitares y es un brazo político de la derecha armada del país, una narrativa que en general han manejado los contradictores del expresidente, políticos o no.
Los videos serán enviados vía grupos que armaron por WhatsApp y Telegram, en los que ya hay 200 mil miembros, desde periodistas hasta políticos.
Es una estrategia audaz: por un lado, al no salir en un medio de comunicación, los videos evaden el filtro de verificación que los medios serios hacen previo a una publicación; y por el otro, al no salir en redes sociales abiertas como Twitter o en Facebook, que ha instalado mecanismos de verificación de contenidos, se salta la posibilidad de que las plataformas bajen los contenidos si violan sus políticas de publicación.
Que los videos salgan por redes de mensajería, además de volverlos una cadena imparable, no blindan a Mendoza de una eventual demanda para rectificar, pero sí le garantizan que, en esa eventualidad, la rectificación no tenga el mismo alcance.
Cuando por vía legal una fuente gana el derecho a rectificar una noticia, el medio debe publicarlo en el mismo espacio o con el mismo tiempo de emisión que tuvo la nota original, para garantizar que tendrá una audiencia similar y el daño será reparado.
En este caso, si llegase a pasar, no sería así.
“Una rectificación no va a llegar a todos los celulares donde haya llegado efectivamente el contenido. O que obliguen a Daniel (Mendoza) a rectificar algo, no va a llegar a todas las personas, porque algorítmicamente es imposible llegar a todas las personas a las que le llegó el primer video de Daniel”, nos dijo María Paula Martínez, periodista y politóloga especializada en crítica de medios.
Sin haber sido publicado su primer capítulo, el Centro Democrático, el partido de Uribe, comenzó a responder: primero con el anuncio de su propia serie de videos llamados “Hechos de la vida pública de Álvaro Uribe”, cuyo primer episodio habla de la labor del hoy Senador en la Aerocivil entre 1980 y 1982, época polémica para Uribe por denuncias, no comprobadas, de presuntos favorecimientos a la mafia vía la expedición de licencias de aviación.
Esto, de entrada, restringe un debate abierto en el que puedan participar voces diferentes que contrasten o respalden el contenido de Matarife.
Los jóvenes que reciban el link para verlo en su celular se formarán una idea del Expresidente y no tendrán -salvo que la busquen deliberadamente- la forma de contrastar esas narrativas con otras porque el contenido circula por un medio cerrado y por lo tanto no permite la confrontación pública.
Mendoza presenta su proyecto como el resultado de un trabajo periodístico y acusa de genocida al hombre más poderoso de la política del país en los últimos 20 años, que además puso a sus dos sucesores, y al que la justicia no le ha probado delitos, a pesar de tener un cuestionado círculo político y de los abusos que la justicia sí ha comprobado que subalternos suyos cometieron.
Según Mendoza, el blindaje jurídico que tiene es que no dirá nada que no haya sido publicado previamente.
“El blindaje que yo tengo es la verdad, esto es un recuento histórico, yo hablo de datos que ya están repasados y remachados por la historia. Todo lo mío está escrito y estudiado por otros periodistas en artículos, libros y expedientes. No necesito probar nada”, nos dijo.
Según nos dijeron dos expertos que consultamos específicamente para este tema, las normas de libertad de expresión favorecen a Mendoza y Matarife, siempre y cuando sí tengan los datos.
“Si tienes horas de grabaciones y evidencias y señalamientos y la evidencia es suficiente para sugerirlo, puedes hacerlo porque el ejercicio de la libertad de expresión no supone que tengas que esperar que un juez determine la calificación de esa conducta o no”, nos dijo el abogado y doctor en derecho Juan Upegui, investigador de DeJusticia.
Una tesis sustentada por la Corte Constitucional en sentencias como esta de 2009 y más recientemente en esta de 2019.
“La defensa típica (de quien demanda por injuria) es que no se puede decir nada hasta que no sea condenado, pero la Corte ha dicho que no hay que tener una sentencia condenatoria para decirle a alguien que ha cometido un delito”, nos dijo a su turno el abogado Emmanuel Vargas, quien trabajó en la Flip varios años y es codirector de El Veinte, una ONG de defensa de la libertad de expresión.
“Por ser quién es (Uribe) tiene la carga de someterse a la crítica, a la sátira, a la denuncia.
Es una lógica constitucional, una dicotomía poder-libertad. ¿Cómo controlas ese poder? Con la posibilidad de que la libertad, en este caso de expresión, sea lo más amplia posible”, nos dijo Upegui.
Hoy a las 7 de la noche llegará a miles de celulares el primer episodio, por lo que será a partir de ahí que se verá si Matarife logra afectar el papel de Uribe en la Historia, como quieren sus promotores.