El valor económico del Trabajo Doméstico y del Cuidado No Remunerado en 2017 fue de $185.722 miles de millones de pesos, el cual es superior al valor agregado bruto de las actividades económicas más relevantes de la economía colombiana, a precios corrientes de 2017, con una participación de 20,0% como porcentaje del PIB, según datos del DANE en la Cuenta Satélite de Economía del Cuidado.
En entrevista con Lorena Romo, politóloga de la Universidad Nacional, y especialista en Migraciones nos habla de la Economía del Cuidado. Este tipo de economía fue regulada por
medio de la LEY 1413 Noviembre 11 de 2010 , «por la cual se regula la inclusión de la economía del cuidado en el sistema de cuentas nacionales con el objeto de medir la contribución de la mujer al desarrollo económico y social del país y como herramienta fundamental para la definición e implementación de políticas públicas«.
¿Qué es la economía del cuidado y su relevancia en medio de esta crisis?
Lorena explica que «el concepto de economía del cuidado es el producto de muchas discusiones académicas, éticas y políticas lideradas por mujeres, partiendo del estudio de que el cuidado ha generado una nueva organización social y distribución del trabajo, que se derivan de las migraciones que han suplido esa labor en países desarrollados. Esa economía del cuidado es una posibilidad para entender esas transformaciones y de discutir cuáles son esas estructuras que se han creado en torno a qué implica el cuidado como un trabajo no reconocido…
Ha sido una posibilidad de sostener el modelo capitalista, que en esta pandemia trae a colación esas discusiones trasladándolas a lo público; primero, el lugar que ocupan las mujeres en la estructuración de los cuidados; y segundo, el trabajo que ejerce labores de cuidado en el sistema de seguridad social en esos países que son los médicos, enfermero y auxiliares de la salud«.
¿La crisis sanitaria ha obligado a las familias a permanecer en sus casas, este confinamiento ha incrementado la carga laboral de las mujeres?
Continúa…»la crisis ha transformado la labor de hombres y mujeres, pero se debe hablar de cómo esas cargas han devenido en otro tipo de manifestaciones graves en la salud física y emocional de las mujeres, con las decisiones que han tenido que ver con la suspensión de las clases, los hogares se han visto enfrentados al cuidado de sus hijos e hijas, en este momento se están haciendo estudios de cuál es el papel de la mujer en este tipo de actividades, y no solo por la vocación historia o rol social que se ha determinado sobre las mujeres, sino por la falta de operatividad política para menguar este tipo de actividades que refuerzan esos roles de género; pero esa reconfiguración de las cargas laborales si operan de manera diferente en hombres y mujeres, vemos que son tres dimensiones; la primera, tiene que ver con la violencia de género, al estar conviviendo las mujeres con sus agresores; la segunda, es el aspecto emocional, por la angustia de no saber qué sucederá con el trabajo en el futuro, ya que la mujer históricamente la han cargado con la angustia; y la tercera, las mujeres que salen a realiza un servicio y regresan a su casa a continuar con el cuidado«.
¿A partir de esto las mujeres por estar empleadas en labores de cuidados como la enfermería y el aseo en centros de salud han asumido mayor riesgo de contagio de COVID – 19?
Afirma… «Me alegra que hoy se reconozca que la labor que ejercen los profesionales y las profesionales de la salud es una labor del cuidado y eso nos lleva a mirar que el tema de salud pública tiene muchas dificultades, no ofrecen garantías ni condiciones de trabajo. Estaba leyendo a la OMS, la cual identifica que el 70% del personal sanitario que atiende esta crisis son mujeres, en consecuencia, hay un riesgo de contagio altísimo y nos hace ver cuáles son las dificultades para crear respuestas diferenciales, y vamos viendo cómo se va muriendo personal de la salud y las medidas tomadas por los gobiernos no son las mejores. El sistema de seguridad social de nuestros países tiene muchos retos, y si hay un reconocimiento público y político del ejercicio de la salud como labor del cuidado, debe redundar en trasformaciones estructurales del sistema de salud en el que se garantice el cuidado de la vida de quienes que nos cuidan«.
¿Cuál sería la contribución de la economía del cuidado al funcionamiento de la economía global en este momento de crisis?
Nos dice…»podemos ubicar en los análisis que se hacen a los procesos migratorios, en las mujeres que migran de países subdesarrollados a países desarrollados, que encuentran en las labores del cuidado una posibilidad de crecimiento económico, aunque vivan a donde llegaron en condiciones precarias sin protección social. El cuidado es la tarea que más omite el capitalismo, pero la más relevante, porque permite que mientras un familiar va a trabajar por fuera, aquí adentro, cuentas con alguien que va a garantizar la reproducción de tu familiar y el cuidado de la misma, esa relación por lo general es de desigualdad«.
Y continúa. «el discurso del cuidado sale a flote en este momento de crisis, hay gente que lo reivindica, pero tiene una implicación muy fuerte dentro del sostenimiento del sistema, no se trata de acabar con el cuidado sino de darle relevancia política y ética en nuestros escenarios. Nuestros cuidadores del sistema de salud no tienen suficientes garantías para ejercer esa labor, como las mujeres que han migrado tampoco tienen servicios de protección ni tiene garantías, se requieren medidas desde el Estado que las permita y que se deje de ver el cuidado simplemente como una labor reproductiva de modelo capitalista«.
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