El rumor de que venían los paramilitares del Bloque Calima a enfrentar a los guerrilleros del sexto frente de las FARC, se fue acrecentando en El Arenillo, en Palmira, con la misma rapidez que el río Cauca en épocas de invierno. Comenzaba el mes de mayo de 1999 y los preparativos para el día de la madre se vieron empañados por los comentarios desesperados en las casas donde 600 personas que perdieron la tranquilidad y esperaban lo peor.
Y lo peor llegó cuando fuerzas direccionadas desde el Urabá por Carlos Castaño, anunciaron oficialmente su presencia en el Valle del Cauca el 22 de julio de ese año, una fecha que muchos jamás olvidarán y que cambió para siempre la historia de sectores como San Marcos, en Buenaventura; La Habana, en Buga; la Moralia, en Tuluá, y El Arenillo, en Palmira. La lista es más extensa, pero tratándose de una época de dolor que manchó de sangre la región, basta con mencionar solo unos casos emblemáticos para tener un referente.
“Mire, en esa casa estuvo HH. Llegaron para quedarse. Andaban como Pedro por su casa. Miraban feo. Ordenaban a madrazos y mataron a cuantos les decían que eran colaboradores de la guerrilla.” Doña Ofelia perdió a dos primos y un tío.
Gabriel, que vivió esa época pero que no quiso irse porque argumentaba que uno debe quedarse donde están sus muertos, recuerda que detenían los vehículo en mano y, listado en mano, hacían bajar a sus víctimas. “Hasta el tendero llevó del bulto. ¿Su delito? Haberle vendido víveres a los muchachos (se refiere así a los insurgentes), pero ¿qué más podía hacer? Él vivía de una pequeña tienda, sobre un costado del camino.”
Resiliencia a partir del teatro
La comunidad de El Arenillo, en Palmira, vive hoy otros tiempos. Muchos de sus habitantes, han optado por las artes escénicas para borrar el dolor. En ese trabajo les ha ayudado la Fundación Escénica y Cultural El Teatro Vive. La capacitación ha sido gratuita.
“El trabajo con la comunidad ha sido muy satisfactorio y lleno de alegrías e intercambio de saberes. Es así como hemos dado vida a la obra Huellas de la guerra, un trabajo de creación colectiva que se estrenará este viernes 1 de noviembre en Palmira”, anunciaron Ana Rosario Grisales y su esposo, Luis Eduardo, quienes estuvieron al frente del proceso formativo.
“Gracias al teatro hemos podido continuar la constucción de nuestra memoria histórica en el corregimiento, recreando historias que tuvieron ocurrencia durante el conflicto y las luchas que libramos para salir adelante. Por eso es muy importante que la gente vaya a ver esta obra porque así van a conocer todo lo que nosotros vivimos y cómo estamos trabajando con los jóvenes”, expresó Yuri Viviana Güejia Salazar activista comunitaria de El Arenillo y participante del proceso de formación teatral. Esta iniciativa contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Gobernación del Valle yd el Fondo Mixto.
Presentaciones gratuitas
La obra teatral “Huellas de la guerra”, se presentará gratuitamente en varios municipios. El propósito que les asiste es socializar la realidad de los paramilitares en el Valle del Cauca, cuando, financiados por terratenientes e industriales—lo cual sigue en ese largo proceso de investigación que no termina y que amenaza con quedar en un limbo—y de qué manera fueron muchos los inocentes quienes en medio del conflicto, pagaron la cuota más alta.
La programación es la siguiente:
Palmira: Viernes 1 de Noviembre
Sala Escénica y Cultural El Teatro Vive
Carrera 23 No. 30-30 | Hora: 7:00 PM
El Arenillo, zona rural de Palmira, Domingo 3 de Noviembre
Caseta Comunal | Hora: 7:00 PM
Zarzal: Jueves 7 de Noviembre
Auditorio Universidad del Valle | Hora: 7:00 PM
Pradera: Viernes 8 de Noviembre
Auditorio Ciudadela Mayagüez | Hora: 10:00 AM
Lo valioso de este esfuerzo, de teatreros y comunidad es que donde los paramilitares sembraron dolor y sangre, hoy germinan semillas de esperanza.
Por Fernando Alexis Jiménez | @misnotasdeldia
Blog del autor www.cronicasparalapaz.wordpress.com
Fotografías: Fundación El Teatro Vive