Cerro la jornada electoral en Cali y el escogido por la ciudadanía para presidir los destinos de la ciudad en los próximos años (2020-2023) será el medico Jorge Iván Ospina, un prominente líder ajeno a los clanes históricos de la oligarquía hacendaria que por siglos ha tenido el control de este importante centro urbano del sur occidente colombiano a espaldas de sus habitantes en su gran mayoría afrodescendientes e indígenas.
No la tuvo fácil.
Desde los poderosos grupos imperantes en el campo político local se desató una feroz campaña de amenazas, mentiras y atentados para bloquear su regreso a la administración de la capital vallecaucana.
El periódico conservador El País y sus directivos orquestaron sendas oleadas de difamaciones e injurias para diezmar el reconocimiento de Ospina entre los caleños. Diego Martínez, Martillo pendenciero, se dio el lujo de armar y difundir procesos judiciales etéreos con el fin explícito de linchar a Ospina.
Las cosas llegaron a tal nivel que Ospina debió declararse en huelga de hambre en la Plaza Varela para desenmascarar la guerra sucia disparada contra su candidatura y propuesta programática.
Detrás de todo eso estaba, por supuesto, su contradictor en la plaza, un chancero envalentonado y con ínfulas de estadista, quien de la mano del Jefe nacional de la parapolítica uribista pretendía hacerse con las riendas del poder ejecutivo de la ciudad.
Sin embargo, esa maniobra termino por sepultarlo dada la ruta decadente del Senador de marras sometido a una cascada de repudio popular con repetidas rechiflas por muchas de las ciudades del país. Los resultados están a la vista en el desastre del gobierno nacional de Duque.
Chontico es hoy un cadáver político dada la enorme ventaja alcanzada por Ospina con casi 300 mil votos acumulados y más de 100 mil de ventaja sobre Ortiz.
La campaña es cosa del pasado y ahora viene la difícil tarea de gobernar para lo cual Ospina proyectó una oferta programática progresista y de cambios radicales en la ciudad que pronto se convertirá en un Distrito Especial.
Transporte masivo, Empresas municipales, nuevas obras viales, protección de ríos, corrientes de agua y otros recursos naturales, ajustes en el Plan de Ordenamiento Territorial, empleo, mejoras en la calidad de la educación, seguridad, paz, vivienda popular, salud y bienestar son grandes desafíos para su administración, lo que demanda mucho tino en la organización del gobierno y en la estructuración de un Plan de desarrollo que colme las expectativas comunitarias.
La ciudadanía debe profundizar su organización y disposición para participar en los espacios de gobierno que se perfilen en el marco de la reestructuración administrativa anunciada por el nuevo burgomaestre caleño.