Por fin los estudiantes de la Universidad del Quindío, a la que asisten cerca de 18 mil alumnos, se animaron a realizar jornadas de indignación contra el caos administrativo, institucional, ético y académico en que la actual rosca del señor Echeverri Murillo, ha sumido a este centro de educación superior del Eje cafetero.
Los líderes de un sector de los estudiantes, bastante condescendientes con la satrapía imperante allí, han anunciado, en buena hora, la realización de una asamblea permanente, a lo que los directivos contestaron con la suspensión de actividades mediante la Resolución No. 6638 de octubre 21 de 2019, por medio del cual se suspenden actividades académicas, administrativas, docentes y de investigación, en la universidad y se dictan otras disposiciones, con el argumento en la manipulada e ilegal autonomía universitaria que como ya lo hemos señalado es utilizada para adelantar diferentes actos administrativos fraudulentos y procesos de contratación cargados de la mayor corrupción.
Los estudiantes dicen que su protesta se hace por dos motivos.
El principal es que la administración de José Fernando Echeverri, se ponga a favor de los estudiantes, -lo dicen con ingenuidad, a sabiendas de la condición inmoral del rector- y demos la pelea en conjunto contra el gobierno de Iván Duque, para que este derogue el artículo 44 de la ley del impuesto general de la nación que le permite al Estado pagar las platas de las universidades públicas para cancelar los fallos y las demandas que hoy tiene el Estado, dice Cristian López, integrante de la Organización Colombiana de Estudiantes y experto en las artes de la diplomacia con la rosca que ha destruido la Universidad del Quindío. Algo raro debe existir allí. Saben claramente que el señor Echeverri Murillo quiere las platas conquistadas por las huelgas universitarias para engordar sus alforjas y las de sus amigos de paseo internacional.
El otro punto es que están exigiendo a la Universidad y sus directivos, que se dé inició a la negociación del pliego de exigencias local que se construyó y radicó el año anterior, que sospechosamente no incluye los graves problemas de corrupción en dicho establecimiento, pues parte de ella es el soborno a ciertos dirigentes estudiantiles infiltrados por el Rector y Polania como chivatos y rompe huelgas.
Hasta el momento los estudiantes no han obtenido respuesta de la negociación del pliego, que toca temas muy importantes como la matrícula, la reforma del estatuto electoral, bienestar universitario, entre otros, a no dudarlo.
La decisión de los estudiantes tuvo eco en la rectoría y finalizando la tarde del lunes 21 de octubre, Echeverri Murillo dio a conocer la resolución en la que explica que en uso de sus facultades suspende las actividades, luego de que estudiantes de diferentes programas académicos cesaron su asistencia a clase y otras actividades académicas, además de interrumpir las labores administrativas y de investigación.
Echeverri Murillo y su conocido socio de tropelías, Polania Obando, junto a la directiva enroscada, ha explicado que por las dinámicas actuales de la educación superior en Colombia y la universidad del Quindío, no es posible conservar la normalidad para ejecutar el buen desarrollo de las diferentes actividades, al interior del alma máter.
Por esa razón decretó, suspender actividades académicas, administrativas, docentes y de investigación, dentro del ámbito universitario, desde las 18:00 horas de este lunes 21 de octubre del año 2019, hasta las 24:00 horas del miércoles 23 de octubre del año 2019. Y, suspender los términos de todas las actuaciones que deban surtirse en las dependencias de la universidad, sin importar su naturaleza, durante el periodo comprendido entre las 18:00 horas de este lunes 21 de octubre del año 2019, hasta las 24:00 horas del miércoles 23 de octubre del año 2019, ambas fechas inclusive.
Así que hay nuevas manifestaciones de la crisis institucional y ética en que se encuentra esta Universidad regional, como otras en las que estallan escándalos de saqueo a los presupuestos públicos. Ejemplos son los de la Universidad de Córdoba y la Universidad de la Guajira.