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Miembros del Grupo de Reacción Inmediata -GRI-, adscrito a la guardia del INPEC, agredieron físicamente a algunos de los internos sin mediar motivo alguno, en medio de un operativo de rutina realizado el pasado 30 de enero, en el patio 12 de Eron-Picota en Bogotá.   

Mendoza, quien debió ser remitido al servicio de salud de la prisión, presentó “politraumatismos por agresión física”, y a pesar de que se recomendó una radiografía del codo izquierdo de manera prioritaria, hasta el día de ayer el interno seguía sin recibir la atención médica necesaria.

Sin embargo, estos no son hechos aislados: “constantemente el GRI ha venido realizando abusos en diferentes centros penitenciarios del país, en los múltiples operativos realizados, los cuales representan graves abusos a los derechos

humanos, pues sus métodos incluyen operaciones psicológicas, tortura, destrucción de ambientes propicios para la convivencia; lo que afecta moral, física y psicológicamente a los internos”, aseguran los prisioneros en su comunicado.

Es por eso que hoy solicitan una atención médica adecuada para los compañeros agredidos, una investigación que dé cuenta de los culpables  de estas violaciones a los DDHH , el “cambio a la política de procedimientos del INPEC en los centros carcelarios, pues estas formas de proceder no cumplen con la función de resocialización de los internos” y el acompañamiento por parte de las organizaciones sociales.