Los agronegocios y monocultivos que se vienen desarrollando en el departamento de Vichada, han generado un conjunto de violencias sexuales, económicas y culturales hacia las mujeres que no han tenido freno ni por parte de las multinacionales, que explotan el territorio, ni de las instituciones estatales. Así lo denunció el más reciente informe de las organizaciones Ciase y OXFAM.
El texto “Una lapa en la avioneta: una mirada feminista sobre las visiones de futuro y los agronegocios en el Vichada, Colombia” señaló que en este departamento se han desarrollado violencias, incluso desde la colonización, la entrada del caucho, y más recientemente la siembra a gran escala de maíz y soya. El documento alerta sobre la expansión de la frontera agrícola que abarcaría 10 millones de hectáreas sobre suelo de sabana húmeda, sin tener en cuentas las afectaciones que estas actividades económicas ya han dejado en las mujeres.
Diana García, integrante de esta investigación manifestó que entre los daños que ocasionan los agronegocios a las mujeres, se encuentra la destrucción de los ecosistemas naturales, porque reduce la diversidad ecológica y genética que hay en los cultivos, y particularmente provoca impactos en la salud de ellas, debido al uso de agroquímicos y pesticidas.
Además aseguró que se logró recopilar información sobre 8 casos de violaciones sexuales cometidas por trabajadores de las empresas que están en el departamento. La mayoría de las víctimas son mujeres jóvenes indígenas, que para salir de sus resguardos o comunidades le pidieron a los transportadores que las acercaran a lugares específicos.
De igual forma, un alto porcentaje de las mujeres no pudo denunciar porque solo hablaba su dialecto autóctono o no reconocían el lugar de trabajo de los hombres quienes no están identificados con uniformes o sus vehículos carecen de distintivos.
Otra afectación contra las mujeres es la oferta laboral que llega a los territorios con los monocultivos, pues esta es de carácter masculino y en condiciones precarias, que están “muy ligadas a la idea de la fuerza”. Según García esto ocasiona que las mujeres sean sometidas por sus parejas a malos tratos debido a la falta de independencia económica o se vean en la obligación de realizar trabajos mal remunerados como lavar la ropa de los trabajadores o ejercer como trabajadoras sexuales.
García afirmó que en el informe se decidió no publicar los nombres de las empresas que son responsables de las violencias en contra de las mujeres, producto de sus agronegocios, debido a que ni el Estado ni la comunidad internacional pueden garantizar la seguridad y protección de las comunidades.
Asimismo, García aseveró que existe una gran responsabilidad de parte de las empresas en estos hechos, razón por la cual les sugieren generar diálogos con las comunidades para que comprendan las relaciones sociales que ya existen en el territorio con la naturaleza y los daños que causan las economías extensivas.
Organización nacional indígena de Colombia, ONIC denuncia que a través de panfletos paramilitares ofrecen recompensas por asesinar líderes indígenas
La Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, denunció la aparición de panfletos en el norte del Cauca firmados por un grupo que se autodenomina como Águilas Negras, en que ofrecen recompensas monetarias a quienes asesinen a líderes indígenas e integrantes de los cabildos.
De acuerdo al panfleto, fechado el 18 de diciembre, por el asesinato de gobernadores indígenas y suplentes se darán 5 millones de pesos, por el de capitanes y coordinadores de la Guardia indígena 3 millones, por los guardias 2 millones y por quienes se desempeñan como alguaciles y colaboradores de esta organización, un millón de pesos.
Además, el mensaje amenaza a las autoridades indígenas Esneyder Gómez Salamanca, Ruben Orley Velasco, Antonio Secue, Arcadio Troches Secue, Arcelio Silvia Noscue, Sigilfredo Pavi, Nora Elena Taquinas, Dora Mosquera, Noé Rivera y Lizardo Secue, responsabilizándolos del conflicto que se vive en la región.
Aida Quilcue, integrante de la Comisión de derechos humanos de la ONIC, señaló que este panfleto salió horas después de que finalizara la audiencia pública de los pueblos indígenas, en donde reafirmaron su control territorial en el departamento del Cauca, tras el asesinato de la autoridad indígena Edwuin Dagua, y como forma de garantizar la seguridad de las comunidades.
La líder indígena afirmó que el asesinato de Dagua se cometió a 2 kilómetros del lugar en donde se encuentra un retén militar, y expresó que a pesar de que el departamento del Cauca se encuentra militarizado, no se explican cómo aumentan los asesinatos a líderes sociales y el control de estructuras paramilitares.
“Cuando ocurren estos hechos de muerte, de asesinatos, y fuera de eso aparecen los panfletos, nos queda la duda de qué está haciendo la Fuerza Pública frente a seguridad, y por eso el movimiento indígena ha dicho que la Fuerza Pública no es garantía para nosotros, porque en últimas nos están matando delante de lo militares” aseguró Quilcue.
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