Aviso

 

¿Cuál es el relato que va a ganar? ¿Qué vamos a debatir en nuestras asambleas y qué le vamos a decir a la sociedad? ¿El que dice que luchar sí sirve y debemos seguir movilizándonos para garantizar nuestros derechos o el que dice que luchar no sirve porque siempre “venden” la movilización?

Hay que hablar la victoria de los estudiantes del país al lograr varios billones adicionales al presupuesto de la educación superior, porque los derechos se ganan luchando y nadie nos los regala. Es hasta el momento la victoria más grande del movimiento estudiantil colombiano en su historia y eso no es algo menor, reconocerlo no implica negar que es insuficiente. Hablar de “venta” del paro es muy fácil pero los procesos son complejos y hay que analizarlos, tejer y actuar dependiendo de las circunstancias, entendiendo que toda la lucha se enmarca en uno o múltiples procesos que no se limitan a la pobre dicotomía de paro sí o paro no.

Es momento de capitalizar la victoria, analizar el nuevo escenario y volver a la ofensiva. Imponer el relato de los perdedores sería un autogolazo.

El acuerdo no significa necesariamente que el paro se levante y la movilización estudiantil no implica necesariamente seguir en paro.

El presupuesto que se logró en la mesa gracias a la movilización constante y masiva en todo el país es una victoria importante en la defensa de la educación superior pública, estamos luchando nada menos que por garantizar un derecho fundamental. Sin embargo, la educación pública en su sentido completo no se reduce a la financiación del Estado, también a su vocación, autonomía y universalidad. Estamos avanzando en lo primero, no completamente ni como debería ser, pero es una pelea que hemos venido perdiendo hace más de 30 AÑOS y nuestro paro lleva apenas dos meses. Son procesos históricos y no se van a revertir de un día para otro, no es que Duque haya amanecido con ganas de acabar con las universidades e instituciones técnicas y tecnológicas públicas del país que hasta el 6 de agosto funcionaban de maravilla. (Por supuesto es a Duque a quien hay que exigirle, por querer acabar con la U Pública.)

El debate hay que darlo con altura, en términos de táctica y/o estrategia si haber firmado un acuerdo con el Gobierno en este momento del paro es o no válido; no con el supuesto radicalismo de “vender” o “no vender” el paro por parte de quienes por más de 40 días negociaron (con amenazas encima y todo) hasta las 5am con funcionarios de un Gobierno autoritario, antipopular, paramilitar y fascista tropical que se limitaba a reprimir y desinformar.

Es preocupante y penoso que incluso antes de conocer cuál había sido el acuerdo, por parte de varios ya se estaba hablando de “venta”, cuando se anunció que se estaban llegando a puntos importantes y avanzando en la negociación ya algunos estaban diciendo que lo iban a “vender”. A algunos les parece más importante el paro por el paro y esperaban que en una mesa se cambiaran las condiciones estructurales que por décadas se han construido e impuesto en nuestra sociedad. No sé qué tan radicales sean esas posturas “antiestado” que quieren que el Estado garantice mediante una firma todas las transformaciones. La política que nosotros hacemos, mediante la movilización es compleja, de flujos y reflujos, con ataques y repliegues estratégicos, no siempre se puede ir adelante como bestias de carga. Lo acordado es letra muerta si no hacemos que se cumpla, por ejemplo.

El escenario en el que nos encontramos es muy diferente al de hace dos meses cuando empezamos a movilizarnos y al de un mes cuando el paro ya era muy distinto al del principio. Sostener un paro de tanto tiempo es difícil y estos tienen sus limitaciones, en diferentes momentos el tiempo corre en contra del Gobierno o de los movilizados. A estas alturas, a mitad de diciembre se notaba que cada vez las marchas eran menos concurridas y más reprimidas, sin capacidad de respuesta por parte nuestra, más que improvisar rutas alternas para alcanzar a los demás marchantes. Sí, nos dieron reduro, eso hay que rechazarlo con contundencia, y contra ellos debemos seguir luchando. La represión es el último instrumento que va a soltar un Gobierno como este y para ganarle ese pulso al mismo hay que movilizar todas las fuerzas y movimientos sociales, no sólo estudiantiles.

Parar sí sirve. Pero un o único paro no soluciona todo. Al menos este no tenía ya todos los alcances que propone la UNEES en el pliego. Hace rato se volvió vacaciones con marchas, puesto que la constancia de todos los estudiantes es difícil de mantener por las diferentes condiciones de cada uno, hay que trabajar, viajar, volver a la región o simplemente ya no hay dinero para llegar a la universidad. Además, la correlación de fuerzas en la mesa es compleja, puesto que la UNEES no es el único actor, también está ACREES y Fenares por los estudiantes, también representantes de los profesores. Ello hace más difícil poner inamovibles que uno quisiera, como no firmar acuerdos mientras nos repriman, que estaban incluidas en lo que salió de espacios de base de la UNEES, pero que no eran los únicos representados en la mesa.

Para lograr mayores alcances aún no hubo a lo último la capacidad de dar la discusión política. Ejemplo de ello fue el ENEES de emergencia que se hizo en la Universidad Nacional hace unas semanas, no fuimos capaces de darla y brindarle insumos a los voceros a los que ahora se les acusa irresponsablemente.

La movilización estudiantil continúa, pero no es únicamente el paro. Hay que ser astutos y mirar cómo pasamos de nuevo a la ofensiva. Hay que ser creativos y ver cómo presionamos a un Gobierno al que ya le somos predecibles. Hay que rescatar los alcances, el paro sigue hasta que cada asamblea decida levantarlo, pero no podemos generar desesperanza después de las victorias. Hay que estar convencidos de que luchar sí sirve y que vamos por más. Decir que se “vendió” el paro no sólo es irresponsable sino es funcional al Gobierno que nos quiere ver a los estudiantes y los movimientos sociales sin convencimiento de arrancarle los derechos al calor de la lucha.

Aprovecho para agradecerle a mis compañeros que durante estos dos meses se han partido el lomo reduro prácticamente 24 horas en las diferentes calles y universidades del país sosteniendo el paro. No ha sido fácil todo lo que han pasado, poniendo en riesgo incluso su propia vida y convencidos de que luchando íbamos a ganarle el pulso al Gobierno aun cuando muchos de nosotros crecimos viendo fracaso tras fracaso después de la MANE, lo cual cuesta mucho hoy, porque la ruptura generacional es una de las cosas que más nos ha costado en esta ocasión. Si perdemos esta batalla imponiendo el relato del perdedor, nos va a costar otros 6 o más años generar movilización masiva de nuevo, mientras tanto, seguirán dándole las estocadas finales a nuestros derechos.

Claro que críticas también hay. Por ejemplo, yo voy a dar la discusión del por qué no se esclarecieron los hechos de represión criminal contra nosotros, especialmente con el caso del compañero del Cauca que perdió su ojo. Vamos a dar la discusión y a pelear con la madurez que el momento nos exige. Esta lucha no es fácil y no siempre vamos en línea recta para adelante. No podemos perder.

¡VIVA LA EDUCACIÓN PÚBLICA!

prensarural.org/spip/spip.php?article23783