Los ensayos clínicos para probar en humanos la eficacia de la píldora brasileña contra el cáncer comenzaron este lunes en el Instituto del Cáncer del Estado de Sao Paulo (ICESP), donde diez personas participan de la primera fase del proceso.
Las personas serán acompañadas y monitoreadas por un equipo de profesionales del ICESP, que garantizará la seguridad de las dosis que serán administradas a los pacientes portadores de algún tipo de cáncer.
La fosfoetanolamina sintética, desarrollada en Brasil por el investigador de la Universidad de Sao Paulo (USP) Gilberto Chierice, se tornó en una esperanza para algunos pacientes que la consideraban milagrosa al final de 2015, aunque sin tener la aprobación de las autoridades de vigilancia sanitaria.
Si la medicación no causa efectos colaterales, las pruebas continuarán en una segunda fase que incluirá 210 pacientes más, separados en diez grupos de tumores diferentes, en los que 21 personas de cada tipo de enfermedad tomarán tres píldoras en un periodo total de seis meses.
Los pacientes que fueron elegidos para las pruebas pertenecen al Sistema Nacional de Salud (SUS) y no son enfermos terminales, según divulgó el ICESP hace una semana.
Las pruebas clínicas fueron aprobadas por la Comisión Nacional de Ética en Investigación del Ministerio de Salud brasileño y solo continuarán si al menos tres pacientes de la segunda fase presentan una mejora comprobada de su salud.
De avanzar a esa tercera fase, el gobierno deberá crear otra etapa de estudios con ochenta personas más.