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La relación entre la microbiota intestinal y nuestro cerebro es un campo de investigación en auge, aseveró la vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología y Salud, Gabriela Jiménez Ramírez en un artículo publicado en el canal de Telegram.

“Lo primero que se debe saber es que para gozar de una buena salud, en necesario conseguir un estado de equilibrio de la microbiota o lo que llaman los experto de ‘eubiosis’. Se trata de un equilibrio entre la cantidad y tipos de bacterias”, refiere una nota de prensa del Mppcyt.

Además, recuerda que “una microbiota descompensada puede asociarse con patologías crónicas inflamatorias como el síndrome de intestino irritable, cáncer de colon y la diabetes, además de patologías neurológicas o psiquiátricas”.

La también ministra explica que la microbiota puede influir en los procesos de aprendizaje y en la memoria.

“Anteriormente, hemos hablado del eje cerebro-intestino-microbiota y su comunicación bidireccional, este eje influye en la salud mental y física. En este sentido, la microbiota puede repercutir en los procesos cognitivos como el aprendizaje y la memoria”.

Análisis reveladores

La vicepresidenta sectorial Gabriela Jiménez Ramírez, cita un estudio publicado en The Conversation, el cual reseña que los análisis realizados a animales carentes de microbiota, los denominados germ free, han resultado muy reveladores para este campo.

“La investigadora irlandesa, Pauline Luczynski, demostró que la falta de microorganismos en el intestino genera cambios en la respuesta al estrés y deja a las neuronas más desprotegidas. Además de que afecta a la sociabilidad y a la cognición”.

Asimismo, destacó que “otras investigaciones, han detectado que los animales sin microbiota tienen menor cantidad de dopamina en sus cerebros, lo que ha abierto los caminos a interesantes líneas de investigación en la búsqueda de la patogenia de la enfermedad de Parkinson”.

En el artículo la vicepresidenta sectorial Gabriela Jiménez Ramírez, añade que los investigadores han tratado de comprender si lo microbiota influye en enfermedades mentales, patrones de comportamientos, entre otros.

“Una de las preguntas que más se han hecho los investigadores en los últimos años es si podría promover el equilibrio para intervenir en trastornos como depresión, ansiedad, autismo, Alzheimer o Parkinson. De esta interrogante surgió el concepto de psicobiótico en referencia a los probióticos. Actualmente dicho concepto se ha ampliado a los prebióticos y a los postbióticos”, enfatizó.

En ese sentido, aseguró que aún no existen datos precisos sobre la investigación en humanos y esto se debe, cita el texto, «a las diferencias entre estudios en la cuantificación de la cepa de bacteria y dosis consumida de psicobióticos, a la diferencia en la edad de los participantes, así como a las diferencias propias entre la microbiota de cada paciente».