La inteligencia artificial (IA) generativa (capaz de crear texto, imágenes, video, audio o códigos nuevos) consume “30 veces más energía” que un motor de búsqueda convencional, advirtió la investigadora Sasha Luccioni, que aspira a crear conciencia sobre el impacto medioambiental de esta nueva tecnología, según refieren agencias.
Reconocida como una de las 100 personas más influyentes en el mundo de la IA por la revista estadounidense Time en 2024, esta canadiense de origen ruso lleva varios años intentando cuantificar las emisiones de programas como ChatGPT o Midjourney.
“Me parece especialmente decepcionante que se utilice la IA generativa para buscar en Internet”, lamentó la investigadora, con quien la AFP se reunió en Montreal en el marco de la conferencia ALL IN dedicada a la inteligencia artificial.
Vampiros energéticos
Los modelos lingüísticos en los que se basan estas IA requieren una enorme potencia de cálculo para entrenarse en miles de millones de conjuntos de datos, lo que a su vez necesita de potentes servidores, asegura la investigadora.
A ello hay que añadir la energía creada para responder a las peticiones de los usuarios. En lugar de extraer información, “como haría un motor de búsqueda para encontrar la capital de un país, por ejemplo”, estas IA “generan nueva información”, lo que hace que todo el proceso “consuma mucha más energía”, señaló.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), combinando la IA y el sector de las criptomonedas los centros de datos consumían casi 460 TWh de electricidad en 2022, es decir, el 2 % de la producción mundial total.
Pionera en la investigación sobre el impacto de la IA en el clima, Sasha Luccioni participó en 2020 en la creación de una herramienta destinada a los desarrolladores para cuantificar la huella de carbono de la ejecución de un código. Desde entonces, “CodeCarbon” se ha descargado más de un millón de veces.
Para la investigadora canadiense, también es necesario “explicar a la gente lo que la IA generativa puede y no puede hacer, y a qué costo”.
En su último estudio, Luccioni, muy activa en el plano internacional, demostró que producir una imagen de alta definición utilizando inteligencia artificial consume tanta energía como recargar completamente la batería de tu teléfono móvil.
En un momento en el que cada vez más empresas quieren democratizar esta nueva tecnología integrándola en varios formatos (robot conversacional, dispositivos conectados, búsquedas online), Luccioni aboga por la “sobriedad energética”.
La idea no es oponerse a la IA, enfatizó, sino elegir las herramientas adecuadas y utilizarlas con criterio.