Una terapia innovadora génica ha permitido que niños y niñas con problemas de audición puedan oír por primera vez.

Los resultados de los ensayos de esta nueva investigación realizada en China, Estados Unidos y el Reino Unido han demostrado que es posible revertir la sordera en menores de edad, mediante una mutación genética en el gen de la otoferlina, refiere el Mppcyt en su portal web.

El tratamiento consiste en emplear un virus inactivo para introducir copias funcionales del gen afectado, Otof, en el oído interno. Una vez dentro, las células del oído usan el nuevo material genético como plantilla para producir copias funcionales de la proteína otoferlina.

Al respecto, la ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez Ramírez, indicó que “el oído humano es un prodigio al que a menudo no prestamos la atención debida. Las ondas de sonido llegan a la oreja, son amplificadas por varios huesos diminutos y penetran hasta el oído interno, donde hay unos mililitros de líquido acuoso llamado endolinfa”.

En su cuenta en la red social X, destacó que “dentro de la cóclea, una estructura en espiral parecida a la concha de un caracol, hay miles de células ciliadas que se bañan en ese líquido, recogen con sus vellosidades las ondas de sonido y las transforman en señales químicas que transmiten a las primeras neuronas. Y en ese momento el cerebro oye; todo en fracciones de segundo”.

Avances médicos

La República Popular China fue el primero en aplicar esta terapia en niños (as), de entre uno y once años de edad, en ambos oídos, con la esperanza de que ganaran una audición tridimensional suficiente para participar en conversaciones y determinar la dirección de los sonidos.

A las pocas semanas de recibir la terapia, los infantes habían mejorado su capacidad auditiva, podían localizar fuentes de sonido y reconocer el habla en entornos ruidosos.

En España, se han iniciado los ensayos clínicos a niños (as) que nacieron sin audición mediante una terapia génica basada en la inyección de un gen empaquetado en adenovirus inofensivos.

En la investigación publicada por el diario El País, Rubén Polo, otorrino que dirige el ensayo en España, expresa que “con este tipo de terapia, cuanto antes se interviene, mejor recuperación puede esperarse del oído y, por tanto, mejor desarrollo de la corteza cerebral auditiva. Si esta no se ha desarrollado, por mucho que recuperen el oído ya no se puede desarrollar el lenguaje”.

Esta innovadora terapia representa un avance significativo en el tratamiento de la sordera genética y ofrece una esperanza a los niños afectados con esta condición.