El R1, un dispositivo impulsado por inteligencia artificial anunciado en CES 2024, es un pequeño artilugio rojo y retro no solo trae nostalgia y se inspira en el diseño de la segunda mitad del siglo XX. Los diseñadores de Rabbit también se atreven a asegurar que su R1 merece un lugar en el salón de la fama de la tecnología.
“Nuestra misión es crear la computadora más sencilla”, anunció Jesee Lyu, CEO de la empresa diseñadora Teenage Engineering en el escenario ante un público cautivo, y a lo largo de una hora expuso sus planes para conseguirlo. Resulta que el R1 es apenas el principio.
¿Cómo es el Rabbit R1?
De color naranja-rojo, no más grande que una pila de Post-Its y tiene una pequeña pantalla. A la derecha de la pantalla hay una rueda de desplazamiento para interactuar con la interfaz, y encima una cámara que puede girar hacia delante, hacia atrás o hacia el interior del dispositivo para mayor privacidad. En el borde derecho hay un botón, que es la principal forma de seleccionar cualquier cosa en la pantalla.
Al igual que con el Pin de Humane AI, puedes hablar con este dispositivo como lo harías con Alexa, Siri o el Asistente de Google y preguntarle cualquier cosa. Es bastante inteligente, por lo que puedes hacer preguntas complejas y de una manera natural.
Cabe resaltar que este dispositivo se alimenta principalmente del gran modelo de lenguaje de Perplexity, que le ayuda a entender tu consulta y ofrecer la respuesta a través de los altavoces y de la pantalla. No hay ninguna “palabra clave” para activar el micrófono: hay que pulsar el botón lateral y hablar, como un walkie-talkie.
Bondades de la cámara
La cámara también permite realizar trucos de inteligencia artificial con base en la visión, de modo que puedes apuntar a un objeto y el R1 entenderá y analizará lo que estás mirando.
Lyu hizo una demostración en directo en la que apuntó con la cámara del R1 a una hoja de cálculo impresa en un papel. Mientras tomaba una foto, pidió al dispositivo que cambiara la posición de dos columnas y le enviara una copia. En cuestión de segundos, Lyu recibió en su computadora un correo electrónico con una versión digital de la hoja de cálculo, supuestamente con la petición en cuestión.
El R1 tiene bastantes otros trucos incorporados. Puede tomar notas y acceder a ellas a través del portal web “Rabbit Hole”, e incluso editarlas.
Puede realizar traducciones con facilidad, como se demostró una vez más en directo. Puedes hacer grabaciones de voz en el dispositivo, acceder al archivo WAV en el portal web y obtener un resumen de IA de la grabación.
Hay un teclado virtual integrado para escribir cualquier cosa en la interfaz, como una contraseña Wi-Fi.
Conejo que aprende
Lyu también mostró el modo “Teach” del R1, que permite apuntar con la cámara del R1 a la pantalla de una computadora mientras le das instrucciones para realizar una tarea. Después de que aprenda, puedes pedirle que realice la tarea para ahorrarte tiempo y molestias. Sin embargo, esta función aún no está disponible y, cuando lo esté, Rabbit afirma que empezará con una pequeña selección de usuarios para probarla.
Pero el objetivo del R1 es más o menos sustituir a tus aplicaciones. En lugar de buscar un ícono, basta con pulsar el botón y pedirle al R1 que se encargue de algo.
En el CES, parecía que en el momento del lanzamiento se podría acceder a múltiples aplicaciones de terceros a través del R1, pero por ahora apenas hay cuatro servicios: Uber, DoorDash, Midjourney y Spotify.
Te conectas a ellos a través del portal web Rabbit Hole, lo que significa que sí, que inicias sesión en estos servicios a través de lo que parece ser una máquina virtual alojada en Rabbit, entregando tus credenciales, y luego puedes pedirle al R1 que llame a un Uber, pida de McDonald’s, genere una imagen o reproduzca una canción. Utiliza las interfaces de programación de aplicaciones (API) de estos servicios para realizar estas tareas, y el R1 ha sido preentrenado para usarlas.
¿Es un smartphone?
un smartphone puede realizar todas estas tareas mejor, más rápido y con interacciones más ricas. Aquí es donde hay que empezar a analizar detenidamente la visión global de Rabbit.
La idea es hablar y luego computar. Sin necesidad de aplicaciones, la computadora lo entenderá. Estamos muy lejos de eso, señaló Wired en nota de prensa, pero en el acto de presentación de Rabbit se mostró un dispositivo para llevar puesto que entendería lo que estás señalando.
El que “todo lo ve”
Lyu mencionó las interfaces de usuario generativas, en las que un usuario podrá tener una interfaz de su propia elección (botones en una pantalla colocados donde uno quiera y en el tamaño de pantalla perfecto) y luego afirmó que Rabbit está trabajando en un sistema operativo de escritorio nativo de IA llamado Rabbit OS. De nuevo, no tenemos muchos detalles, pero mi mente se fue inmediatamente a Theo, en Her, instalando OS1 en su PC.
Dentro de cincuenta años, el R1 será ese artilugio que recordaremos como el inicio del mundo impulsado por la inteligencia artificial. Al menos eso espera Jesse Lyu el CEO de la empresa Teenage Engineering.