Un nuevo estudio revela que el entrenamiento en la práctica del 'mindfulness' (meditación de conciencia plena) puede alterar los patrones de conectividad funcional de la red cerebral, informa 'The New York Times'. Hasta ahora apenas existían bases experimentales que
confirmasen los beneficios de esta práctica, ya que los estudios se habían basado en muestras poco representativas, como comunidades de monjes budistas que pasaban prácticamente la totalidad del día meditando, o no incluían un grupo al que se le suministró tratamiento placebo.
Meditar con atención plena exige ''una conciencia abierta, receptiva y sin prejuicios de su experiencia del momento presente", explica David Creswell, autor principal del estudio y profesor asociado de psicología en el Colegio Dietrich de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Carnegie Mellon (EE.UU.).
En el experimento participaron 35 adultos, hombres y mujeres en búsqueda de empleo con altos niveles de estrés, que fueron expuestos a un programa de retiro de tres días en el que un grupo practicó el 'mindfulness' en su totalidad (prestando atención a las sensaciones corporales, incluyendo aquellas desagradables) mientras que otro, el grupo placebo, realizó un programa de relajación sin componente atencional. A todos ellos se les realizó un escáner cerebral y se les sacaron muestras de sangre.
Al cabo de tres días, todos los participantes afirmaron sentirse mejor, más relajados y con una mayor capacidad de afrontar el desempleo, pero las pruebas cerebrales confirmaron que solo aquellos sometidos a la verdadera meditación consciente mostraron cambios a nivel cortical: la conectividad funcional de la red neuronal en áreas importantes para la atención y el control ejecutivo aumentó.
Asimismo, una prueba realizada cuatro meses más tarde demostró que los sujetos del grupo al que se le suministró el tratamiento que incluía la práctica del 'mindfulness' y completaron el programa de meditación mostraron menores niveles en sangre del biomarcador inflamatorio IL-6. En altas dosis, la interleucina-6 se ha relacionado con enfermedades relacionadas con la inflamación, como el cáncer o la enfermedad de Alzheimer.