La investigadora del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), Marisela Bravo, aseguró que el pueblo comunero venezolano ha logrado resguardar especies frutales nativas no convencionales, que poseen un gran valor nutricional, son tolerantes a plagas y tienen estrategias de adaptación ante la sequía y el calor extremo, así lo refiere nota de prensa de Mincomunas.

Bravo explicó que el Laboratorio de Ecofisiología Vegetal del Centro de Ecología del IVIC está a cargo de registrar las especies frutales no convencionales, olvidadas o subutilizadas del país y que los comuneros y las comuneras han tenido una participación muy importante, puesto que son los que poseen y preservan la cultura ancestral y el conocimiento sobre la alimentación de los antepasados.

“El proyecto denominado ‘Especies frutales no convencionales, olvidadas o subutilizadas para la alimentación, con miras al fortalecimiento de la soberanía alimentaria en Venezuela’ ya cuenta con más de 74 especies identificadas, de diferentes familias botánicas, como el cotoperí, merecure, guayabita del Perú, anonáceas, puma laca, pesgua, guama, jobo, semeruco, manirote, entre muchas otras. El mayor aporte de información viene del pueblo comunero. En la más reciente visita a la Comuna Agroecoturística Aguas de El Castrero, Guárico, logramos visibilizar más de 53 especies frutales y nos quedamos sorprendidos porque ellos tienen un total dominio de sus conocimientos, de su cultura, de cómo esa especie se consume y se cultiva”, expresó la científica.

Durante su participación en un programa radial la especialista del IVIC, Marisela Bravo resaltó la importancia del poder de la organización comunitaria en el gran avance que ha tenido este proyecto del IVIC, por lo que planean visitar muchas más comunas del país para difundir las bondades de las frutas nativas no convencionales, olvidadas o subutilizadas y para “redescubrir” otras especies.

“Al paladar hay que acostumbrarlo; hay que educarlo y permitirle recordar los sabores de nuestros productos ancestrales. Pensando justamente en eso, debemos revisar nuestros hábitos alimentarios e incluir una mayor diversidad de especies que se produzcan de forma sostenible como las especies que ya hemos identificado, ya que la mayoría no requiere riego, fertilización, soportan sequía y calor extremos, toleran plagas y aun en esas condiciones estas especies producen alimentos sanos y soberanos. La naturaleza es perfecta; algunas de estas especies nos permiten resguardar el agua en comunidades donde es difícil el acceso al agua”, enfatizó Bravo.

En este sentido, la especialista comentó que, en Venezuela, hay mucho espacio en zonas urbanas donde se pueden introducir estas frutas no utilizadas, con enormes bondades nutricionales y medicinales, para darlas a conocer a toda la población.

“Una parte del trabajo es ir a la comunidad. Otra parte es en laboratorio; muchas especies precisan tratamientos para acelerar y hacer homogénea la germinación. Queremos ver cómo crecen, cómo se comportan en ciertas circunstancias que intentan emular las condiciones de la naturaleza. Sin embargo, otra parte muy importante es divulgar la información recabada para que la gente entienda la importancia del resguardo de las especies nativas. Estamos haciendo dos manuscritos, de tipo divulgativo, para que todos tengan registro. Hemos dado charlas en colegios y en comunidades para que la gente conozca cuáles son las frutas no convencionales y sus grandes beneficios en la salud”, explicó.

Finalmente, la investigadora Marisela Bravo invitó a todos los comuneros y las comuneras del país que quieran unirse al registro de especies frutales no convencionales, olvidadas o subutilizadas a comunicarse a través del número telefónico 0426-5157411 o por medio de la cuenta en Instagram: @alimentacionantisistema_ve.