Un grupo de investigadores suizos crearon el denominado árbol artificial, una antena que genera energía a partir de la luz solar, lo que puede significar un potencial para los sectores comercial, residencial e industrial.

Sus creadores explican que consiste en utilizar la radicación solar para convertir el agua en hidrógeno, oxígeno y calor, y así obtener la energía con una eficiencia de más o menos el 70%.

Afirman que es una solución avanzada e innovadora que puede reemplazar la fuente energética convencional de los combustibles fósiles, porque es un sistema para satisfacer las necesidades en la producción de fertilizantes, químicos, movilidad, los hogares y en la producción agrícola, de acuerdo con la empresa fabricante, SoHHytec, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, refieren agencias internacionales.

Básicamente, funciona tomando la luz del sol y agua para producir al mismo tiempo combustible, es decir, el hidrógeno, así como electricidad y calor en un espacio mínimo del suelo o techo.

Creen que esta iniciativa podría ser una solución al requerimiento de combustible, electricidad, calefacción central y agua caliente tanto en hogares y negocios, incluso, sería capaz de cubrir la mitad de la demanda anual en energía y calor de un hogar con cuatro personas.

Saurabh Tembhurne, cofundador y director general de la compañía, precisó que desarrollan el sistema en un jardín artificial, en el que cada uno de los árboles artificiales se despliega de manera modular.

Diseño integral

El prototipo cuenta con un diseño integral, pero resumido en una antena parabólica, parecida a las comunes para la recepción de señal de televisión por satélite, aunque de mayor tamaño.

Además, sobre el plato de la antena, hay un reactor fotoelectroquímico en el que se concentran los rayos solares y al que se bombea agua para que luego se provoque un fenómeno de electrolisis que separa las moléculas de hidrógeno y oxígeno, indican los medios locales.

Todo este proceso arroja una potencia de salida de al menos dos kilovatios de energía y de acuerdo con Sophia Haussener, directora del Laboratorio Científico-Técnico de Energías Renovables de la EPFL, este resultado es un paso alentador hacia la realización comercial de la tecnología.

“Esta es la primera demostración a escala de sistema de producción de hidrógeno solar. A diferencia de las demostraciones típicas a escala de laboratorio, incluye todos los dispositivos y componentes auxiliares, lo que nos da una mejor idea de la eficiencia energética que se puede esperar al considerar el sistema como un todo”, expresó.

Asimismo, el calor que genera se puede aprovechar para los sistemas de calefacción ambiental. Pero, eso no es todo, el oxígeno de deriva de este proceso también puede ser muy útil para, entre otras cosas, el ámbito médico. Al respecto, el equipo será probado en la ciudad de Lausana en una fábrica de metales y se implementará en los hospitales de esta localidad.

Hidrógeno verde

La idea del árbol artificial, precisa la empresa en su página web, es que sea una solución rentable, más limpia y ecológica, y es parte de las alternativas del denominado hidrógeno verde.

Los proyectos de este tipo tienen que ver con la producción de hidrógeno a partir de agua y energías renovables como la solar y la eólica para obtener electrólisis, al descomponer las moléculas de agua (H2O) en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2), el cual posee alta densidad energética por unidad de masa, hasta más de 100 veces que las baterías de litio y tres veces más que la gasolina.

Renovables

Este tipo de fuentes tienen auge por la situación climática, en busca de asegurar el equilibrio del planeta. Naciones Unidas resalta que estas energías son más viables porque se reponen más rápido, como, por ejemplo, la luz solar, que es la que usa el llamado árbol artificial.

Otras son el viento y la geotérmica, que utiliza la energía térmica del interior de la Tierra, así como la hidroeléctrica, que se produce por el movimiento del agua; además, de la oceánica, que deriva de energías térmicas del agua marina, olas o corrientes, y la bioenergía, que surge de materiales orgánicos como madera, carbón, estiércol y demás abonos para producir calor y electricidad. También están los cultivos agrícolas, cita la ONU.

Al detal

  • Demanda. La Agencia Internacional de Energía estima que para 2040 la demanda energética global aumentará de entre 25 y 30%. Esto representaría mayores emisiones de CO2 si sigue la dependencia de los combustibles fósiles.
  • Transporte. Hay empresas como Honda y Ford que ya desarrollan motores con hidrógeno, así como trenes que funcionan con H2 en Francia, China, Rusia, y otros.
El árbol artificial tiene un reactor fotoelectroquímico. Foto: EFE