- Aumentos irracionales, diarios, de precios especulativos en alimentos, medicinas, productos de higiene, limpieza y de servicios, sin control, ni sanción alguna por parte del Estado, mientras que estos aumentos irracionales de precios diarios son utilizados como arma política por las tendencias y grupos opositores y por el sector comercial y empresarial como medio expedito, viable y sin límite, ni sanción, de riqueza súbita;
- Acaparamiento, contrabando y reventa de billetes de bolívares, al doble y triple del valor facial en todas las denominaciones del cono monetario, en donde trabajadores de bancos públicos y privados,, los dueños de comercios y servicios, junto con los trabajadores del transporte terrestre de rutas urbanas y extraurbanas, son los principales
acopiadores, para la reventa del billete y el trasiego hacia Colombia, para su almacenamiento, centrífuga del lavado de dinero, compra de gasolina venezolana para trasegarla, reenvío a otros destinos y recompras dentro y fuera del país, sobre todo, en los estados fronterizos, regresando esto billetes reciclados a Colombia;
- Pulverización del valor real o nominal del salario por la pérdida de valor de Bolívar (Bs.), lo que hace que pierda todo sentido el salario percibido por los trabajadores, razón por la cual, resulta más barato faltar al trabajo o renunciar, que mantenerse en un trabajo asalariado a pérdida;
- Surgimiento y consolidación de una nueva clase social emergente de ladrones especuladores, sobre la base de una economía especulativa financiera y no productiva, por lo que no es de extrañar que en medio de esta crisis económico-financiera, se llenen los lugares élite y zonas de restaurantes caros, los clubes, los supermercados se llenen de esa nueva clase social, que es minoría y que paga lo que sea, mientras los ricos hoy sean híperpluscuammillonarios, mientras los trabajadores ahora estamos arruinados y solo comiendo a medias, sin cubrir ningún otro gasto o necesidad personal o familiar;
- Desabastecimiento programado e hiperinflación programada, articulada y producida (porque no es inducida), con artífices concretos y materiales con fines políticos y de lucro;
- Mercado paralelo y dolarización real, impuesta sobre el Bolívar que está devaluado por agentes externos y especulativos, aunque este mercado no está oficializado, ni es promovido por el gobierno sobre la economía venezolana, pero tampoco está enfrentado a esta distorsión económica, como debiera;
- Corrupción de funcionarios en la empresa petrolera PDVSA y disminución de la producción en barriles diarios, pese a la intervención del Ministerio Público, que siendo muy tardía, es un buen inicio para su depuración, pese a los daños irreversibles causados a la empresa estatal y al Pueblo venezolano;
- Un poder judicial muy corrupto, desde los jueces y magistrados, en su mayoría, además de su afinidad política con la derecha cuartorrepublicana, hasta los escribientes y alguaciles, lo que hace que la justicia esté al servicio de la burguesía tradicional y del mejor postor en términos económicos, en unos casos, mientras que, en otros, los casos emblemáticos sí conducen a la obtención de justicia, más por el efecto político o conveniencia que pueda producir o derivar, que por la búsqueda de la justicia, lo que significa que para los pobres y los anónimos la justicia sigue siendo ciega, sorda y muda;
- Una atomización de dirigentes opositores, sin sentido nacionalista, incultos, ávidos de arrebatar el poder político al costo que sea y subordinados a los designios del imperialismo estadounidense y de la burguesía nacional venezolana;
- Pérdida del fervor revolucionario en la mayoría de los funcionarios de la administración pública, con riquezas súbitas exhibidas en una economía contraída como la actual, sumado a la ineficiencia y el desprestigio, por mentirosos, de muchos ministros y funcionarios de alta jerarquía, lo que desestimula y defrauda al resto del funcionariado que ya no esconde su malestar y rechazo por la institución en la que labora, mientras que otros, como el profesor universitario y constituyente, Earle Herrera, aún fuerzan por corregir este tipo de lacra y taras sociales, tal y como se expresa en el artículo titulado “Llamada que nunca llega”
http://www.ultimasnoticias.com.ve/?p=791019
aunque con las sutilezas que no comparto, por la gravedad del caso y lo que nos estamos jugando los venezolanos;
- Corrupción de muchos elementos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), en los principales puestos de comando y ubicaciones estratégicas, quienes han hecho fortunas formidables, que exhiben sin pudor alguno, dentro y fuera del país, los que desde hace tiempo, de manera sistemática, son tocados y chantajeados por el gobierno estadounidense, para derrocar al Presidente Nicolás Maduro, por quien no esconden, tanto ellos, como sus esposas, esposos y amantes, el rechazo y desprecio por el presidente y por la revolución bolivariana, socialista y chavista;
- Medios de comunicación privados, liderados por los principales canales televisivos del país, los que están por años, dedicados a atacar al gobierno revolucionario, ocultando las noticias buenas o logros y destacando sus debilidades, además de manipular la noticia y la verdad;
- Universidades públicas y privadas, tanto las emblemáticas y más antiguas, como las creadas en los últimos diecinueve años, muy corruptas y dedicadas a la formación de profesionales al servicio del modelo de Estado burgués, de donde sus egresados salen odiando al gobierno, denostando del socialismo bolivariano y chavista del siglo XXI y asimilando la ideología del capitalismo neoliberal, porque no se ha hecho la revolución en el subsistema universitario, más allá de la masificación de la educación, lo que no significa un nuevo modelo de universidad, ni de educación, porque no ha habido voluntad política, por la abulia y por aquello del falso “repliegue táctico” y porque a quienes corresponde el impulso de la transformación universitaria, la conciben con criterios nada socialistas y sin siquiera saber que no hay revolución en donde no hay transformación universitaria;
- Irritación en la mayoría de los venezolanos, quienes ya empiezan a culpar al Presidente Nicolás Maduro, no tanto de la guerra económica, ni de sus causantes, artífices y beneficiarios, sino por no atacar a los causantes y operadores de la misma, mientras se impone la anarquía económica, que afecta directamente al trabajador y a su núcleo familiar, que hoy se encuentra arruinado y a merced de cualquier dádiva o paliativo económico social;
-Bloqueo y boicot económico, de parte del gobierno estadounidense, de la Unión Europea y países de gobiernos semicoloniales lacayos imperiales, aunado a unas pretendidas “sanciones” que no son tales, sino vulgares retaliaciones, porque sólo sanciona quien tiene alguna autoridad o jefatura sobre alguien y en el caso de la República Bolivariana de Venezuela, el imperio estadounidense no ejerce ninguna autoridad.
En medio de este contexto dantesco o como en el infierno maracucho, se avisora en el ambiente, se escucha a gritos y se siente en el silencio enojado, una revuelta popular, con terribles acciones inimaginadas y de consecuencias inusitadas, que las dirigencias opositoras de la jerarquía de la iglesia católica, Fedecámaras-Venamcham, los partidos políticos y los grupos terroristas de derecha, que se nuclean en torno al gobierno del endorracista pornopuritano aprovecharán para presionar y hacer posible una rebelión cívico-militar, en la que el conocido grupo del “Chavismo sin Chávez”, ahora devenido en “Chavismo sin Maduro”, juegan a la “labor de zapa”, que ya no es tan solapado, tal y como se ha evidenciado en los últimos meses, aunque, después de derrocado Nicolás Maduro, el plan es la traición entre ellos, toda vez que cumplan su papel de tontos útiles.
Por otra parte, aunque el terrorismo económico ha logrado su cometido y la mayoría de los venezolanos se encuentra arrecha con el Presidente Nicolás Maduro, la derecha ha trabajado a dos manos, con Henry Falcón y Henry Ramos Allup, para hacer posible su “Plan de Salvación Nacional”, razón por la cual, con la participación de Henry Falcón en el proceso electoral, éste juega el papel de gran distractor, mientras están achicando aguas entre las islas opositoras, para alcanzar la conmoción nacional, que pondría a Henry Ramos Allup en la presidencia de la llamada “Transición Democrática”, compartiendo gobierno y botín, con Julio Borges, toda vez que, tanto el gobierno estadounidense, como los grupos opositores de la derecha, saben que aún cuando la mayoría nacional está irritada contra Nicolás Maduro, por no enfrentar a los artífices de la miserabilización de sus salarios y la pulverización del Bolívar, todavía no logran aglutinar una fuerza opositora electoral que derrote al chavismo y a Nicolás Maduro en las próximas elecciones, lo que conllevaría a la definitiva liquidación de la oposición en términos electorales y por la vía democrática.
Por supuesto que toda regla tiene su excepción, en caso de que la mayoría del electorado esté rumiando su rabia por la situación actual y decida vengarse silenciosamente de Nicolás maduro y vote por el falsario candidato que ofrece la versión dolarizada de la Tarjeta Mi Negra, tal y como hicieron en diciembre del año 2015, en donde le dieron la mayoría absoluta de la Asamblea Nacional (AN), a los parásitos de las oposiciones, para que nada hicieran, más allá de medrar y pelearse el poder, entre conspiraciones aupadas por la U.S. Embassy en Caracas. Y esto es lo que se comenta en todas las colas de supermercados, en hospitales, clínicas, farmacias, talleres, empresas, burdeles, barriadas, urbanizaciones, quintas, universidades, colegios privados, ranchos, púlpitos de las iglesias y hasta en la Ciudad del Vaticano, pues el Papa Francisco también está en esta jugada para derrocar o salir electoralmente de Nicolás Maduro y, por ende, del chavismo.
Ahora bien, esta tensión social y agudización de la crisis económico-financiera, política y social, puede revertirse en favor del Pueblo y de la revolución Bolivariana, socialista y chavista, si el gobierno actúa directamente, en la revaluación del Bolívar, protegiendo los billetes del cono monetario y enfrentando directa y de manera revanchista a todas y todos aquellos que se han dedicado a especular y disparar la economía hacia la hiperinflación programada (insisto, no inducida), con un conjunto de acciones y medidas que, articuladas con el Petro y con una reconversión monetaria, a tiempo y no de manera reactiva o tardía, logren estabilizar el valor real y justo del Bolívar, sinque nos embriaguemos en la fortuna de la criptomoneda, más allá de abrirle un compas de acción al gobierno en transacciones en el exterior y de servir a las burguesías directamente, dada su capacidad de compra y adquisición del Petro, porque la mujer y el hombre común que recibimos sueldos en bolívares y manejamos bolívares, aunque sea, de manera electrónica (dado el guiso actual con los billetes), también tenemos derecho a vivir, comer y atender nuestras necesidades, primarias, intelectuales y sociales, de manera digna, con salarios que sirvan para el sostén de nuestros hogares, sin esperar dádivas, sino lo justo.
Por lo que respecta a las represalias (no “sanciones”), en los decretos del imperio estadounidense, ahora extendidas, de manera bufa, hacia el manejo del Petro, no pasarán de ahí, porque hasta las piedras saben que el pornopuritano retroconservador Donald Trump, mediante testaferros, está manejando la posibilidad de obtención de esta criptomoneda, para lucrarse aún más, gracias a los buenos oficios de tres de sus agentes mercenarios y agentes del Departamento de Estado norteamericano, como Nick Spanos, Miko Matsumura y Carol Van Cleef, la señora que sirvió como representante de Donald Trump en la Comisión de Enlace para la entrega del gobierno de Barack Husseín Obama, ante el Departamento del Tesoro, los que después aparecieron como flamantes asesores en la creación de la criptomoneda venezolana, cuyos honorarios, los van a conseguir en Bitcoin que el pornopuritano retroconservador mandó a investigar, con la excepción de estos tres agentes suyos.
Sin ser conclusivos, podemos afirmar, entonces, que el Bolívar y el Petro están íntimamente ligados, sólo en tanto y en cuanto exista una política coordinada de reflotamiento y protección del cono monetario y del valor real del Bolívar. De lo contrario, los beneficios que a la República les pueda dejar el Petro, sólo beneficiarán a los ricos, a la burguesía criolla, la misma golpista y parasitaria y convertiría al Bolívar en un desangradero de riqueza que no solo arruine a la familia venezolana, tal y como estamos viviéndolo hoy, sino que se apodere de nuestras reservas y riquezas nacionales. Con esta articulación y actuando con la celeridad del caso, podemos evitar ese punto de quiebra que está latente, para que cuando menos esperemos, sin ninguna ingenuidad, surja y cobre fuerza una revuelta nacional, que abra paso a una dictadura de la derecha y la consolidación del poderío estadounidense en suelo venezolano.