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Que nadie tenga dudas: los pueblos vencerán 

A nadie, viva donde viva, se le escapa que este año que acaba ha sido difícil de transitar. Hemos afrontado luchas de todo tipo, algunas de ellas victoriosas. Como en Venezuela, Bolivia y Nicaragua, con su pueblos bravos demostrando tener altura de miras al enfrentar a sus enemigos de clase y vencer. O en nuestra querida Cuba, que se apresta a entrar con paso firme en el año 59 de una Revolución que durante todos estos años nos ha iluminado y dado fuerzas. O como en Siria, donde pueblo, ejército y aliados internacionales lograron impedir que el imperio y sus enjendros

terroristas se hicieran con ese país. O la potentísima demostración reivindicativa del pensamiento y la acción contra el patriarcado logrado en Argentina con la consigna “Ni una Menos” y extendida como reguero de pólvora por el mujerío de todo el continente y el mundo.

Que nadie tenga dudas: los pueblos vencerán
Fueron jornadas duras que demostraron que llegadas las circunstancias lo más importante es tener claridad sobre lo que se está defendiendo. En ese aspecto se hace necesario recordar que una vez más el heroico pueblo palestino sigue en pie y aferrado a su tierra resistiendo el embate brutal de la jauría sionista y solo con esa actitud (y poniendo el cuerpo de sus mejores hombres y mujeres en una batalla desigual) ya está venciendo.

Párrafo aparte hay que dedicar a Colombia donde los anhelos de paz se encuentran entre paréntesis debido al comportamiento artero del establecimiento gubernamental ligado como siempre a la derecha uribista. Ellos son los impulsores del paramilitarismo que sigue asesinando líderes y lideresas así como también a desmovilizados de las FARC y amenazan con destruir las mínimas concesiones del gobierno Santos.

Por supuesto qué hay otras miles de peleas populares que debemos tomar como ejemplo de que solo la lucha y nada más que la lucha se convierte en ariete para futuras victorias. Van algunos pocos ejemplos entre miles: la campaña concientizadora de Marichuy, la vocera del mundo indígena y del zapatismo caminando con paso firme por el México bronco. La resistencia legendaria del pueblo mapuche frente a los nuevos conquistadores de ambos lados de la Cordillera de Los Andes (Honor y gloria a Rafael Nahuel y al internacionalista anarquista Santiago Maldonado). La lucha del campesinado brasileño enrolado en el MST o las movilizaciones de los SinTecho, todos ellos y ellas junto a otros cientos de miles coronando su deseo de “Fora Temer”. Las multitudinarias manifestaciones del pueblo argentino contra la brutalidad capitalista del gobierno gorila de Macri, donde la calle se convirtió en un mundo de piedras para enfrentar, cual Intifada sureña a gendarmes, policías y otros uniformados. La muestra de inimitable defensa de los derechos humanos demostrada por las Abuelas de Plaza de Mayo que siguen encontrando nietos y nietas, arrancándoselos a los genocidas. La fuerza del campesinado paraguayo y sus organizaciones insurgentes enfrentando al títere pro yanqui Horacío Cartes y al latifundismo. La rebelión del pueblo peruano contra PPK y el fujimorismo. Todas ellas y muchas más representan jornadas memorables de empoderamiento y recuperación de la autoestima popular, pero marcan solo un paso en la lucha para alcanzar la destrucción del capitalismo y alcanzar la meta del “buen vivir” en una sociedad sin explotadores ni explotados.

Lo demás es conocido: políticas neoliberales sin límites, despidos, inflación, recortes o eliminación de libertades esenciales, censura y apagones informativos, persecución a los luchadores, destrucción medioambiental, racismo, xenofobia y en todos los casos altos niveles de represión con cárcel, torturas y asesinatos de los y las mejores hombres y mujeres de nuestros territorios, Esa y no otra sigue siendo la receta del capitalismo.

Ha sido duro este 2017 y anticipa algo similar para el 2018 pero a pesar de los pesares estamos en pie, no nos han vencido, somos los y las de siempre. Reivindicamos al Che, Fidel y Raúl, a Hugo Chávez y Manuel Marulanda, a Camilo Torres y al Iman Jomeini, a Evo Morales y a Sandino, a Rosa de Luxemburgo y a Juana Azurduy, a Evita Perón y Manuelita Saenz, Pero también a Guacaipuro, a Túpac Amaru, Túpac Katari y Bartolina Sisa. Somos los que en las calles cantamos a la memoria y honramos a nuestros mártires pero sobre todo no olvidamos a todos nuestros presos y presas, sean latinoamericanos, palestinos, vascos, catalanes, kurdos o irlandeses, Para todos y todas ellas exigimos libertad y amnistía. Por todos ellos y ellas levantaremos nuestra copas y brindaremos por un año más de rebeldía frente a este sistema opresor. Con la confianza de que los pueblos VENCERÁN.