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"Qué tiempos son estos en los que tenemos que defender lo obvio".

(Bertolt Brecht)

 Por: Equipo Colarebo Colombia

En Venezuela hay un sistema electoral ampliamente explicado y auditado internacionalmente, así como un concejo nacional electoral con la suficiente solvencia para anunciar los resultados.

Como es lo lógico, ganó las elecciones el candidato que más votos obtuvo y así como resultó un ganador, también hubo perdedores. Una vez más la derecha fracasó en su intento de obtener el respaldo popular para volver al gobierno y desplegaron, también una vez más, su furioso plan de violencia.

A pesar de las reconocidas instancias democráticas, las instituciones éstas tienen que salir ante el mundo a sustentar lo obvio (los resultados) y a rechazar que se imponga lo indefendible (la violencia).

 

Los seres humanos somos inherentemente racionales y emocionales. Nuestras percepciones, interpretaciones y acciones están profundamente influenciadas por nuestras emociones, que juegan un papel fundamental en nuestra experiencia de la realidad. Por ello, es crucial reconocer que las respuestas puramente emocionales, sin un equilibrio adecuado con la razón, pueden tener consecuencias indeseables, graves e incluso catastróficas.

Hemos sido testigos de cómo la falta de control emocional ha perjudicado el desempeño de equipos en competencias deportivas. Un claro ejemplo de esto se observó en el partido de fútbol entre Colombia y Uruguay, en las semifinales de la Copa América 2024. La falta de control emocional de un jugador colombiano, ante una provocación oculta de un jugador uruguayo que pasó inadvertida por el árbitro, generó su expulsión, afectando negativamente el desempeño de la Selección Colombia en el resto del partido.

 

Que la derecha se vaya contra el gobierno del cambio es apenas de esperar, pero que también se haga desde la izquierda, es algo que debe llamar a reflexiones. Algunas discrepancias se manifiestan, por ejemplo, en que ya se cita a dos asambleas populares, una que denominan pro gobierno y otra independiente.

Ahí van naciendo las divergencias que conducen a divisiones; fraccionamientos que son aprovechados por la derecha para profundizarlos, así sea presentados como supuestas profundas distancias ideológicas y revestidos de organizaciones de izquierda, lo que enreda y hace difícil las diferenciaciones para saber si son amigos o enemigos. En las guerras se ha visto que muchas organizaciones son impulsadas por la derecha bajo banderas populares, que a la postre resultan falsas.

colombia, petro

La prensa corporativa colombiana y los columnistas de la ultraderecha están sugiriendo contradicciones e incoherencias en las propuestas del presidente Gustavo Petro para impulsar la transición política hacia la paz, la democracia y la justicia social como principal objetivo del actual gobierno de izquierda. Como siempre, hacen cuentas alegres y se alimentan en su propio caldo de mentiras.

Transición que ha sido bloqueada y saboteada por el poderoso bloque de la ultraderecha con planes golpistas, con guerra jurídica y campañas sucias en los medios de comunicación y redes sociales, desatando una intensa disputa política, inevitable en proceso de cambio profundos y prolongados en que se pretende la reforma y transformación del régimen y la hegemonía neoliberal.

 

Muy acertado el llamado del presidente Petro para que las partes lleguen a un acuerdo de paz en Ucrania. Ese conflicto afecta a todo el planeta en el que, cada día se hace más evidente el concepto de aldea global. A medida que se escale esta guerra, son más reales los riesgos para todo el mundo.

La posibilidad de que se desencadene una guerra nuclear es una amenaza constante, que obviamente traería consecuencias para todos los pobladores del planeta. En caso de que esto suceda, las nubes radiactivas quedarían a merced de los vientos, con rumbo incierto, más allá de las zonas directamente impactadas.