“Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa” dijo el filósofo de Güemez, personaje entre real y mítico, oriundo supuestamente del municipio de Güemez en Tamaulipas, México.

Alfonso López Pumarejo popularizó en Colombia este dicho y rodó por el país de boca en boca. Filosofía realmente profunda, que hay que aplicar a quienes por repetición de lo que oyeron al desgaire dicen que las poses de Gaitán las copió de Mussolini.

En primer lugar, las “poses” o gestualidad, son una parte intrínseca de la personalidad, que muchas veces refleja con mayor transparencia que el lenguaje verbal las ideas y emociones de quienes las expresan. Suponer que los gestos y poses de Gaitán son copia de las de Mussolini es, ni más ni menos, que achacarle una mentalidad fascista a quien, como fue el caso del líder popular colombiano que, como caudillo popular, representó en vida la antítesis de las ideas, propuestas y metas de lucha del fascismo que encarnó Mussolini.

No hay que extenderse demasiado en el análisis para constatar, por la gestualidad de ambos, captada en fotografías, que el uno y el otro son categóricamente antagónicos.

Nunca vemos a Gaitán echando la cabeza hacia atrás, como sí lo hacía sempiternamente Mussolini, gesto que, según los psicólogos especialistas en gestología, implica soberbia, propia de la ideología fascista, que creía en la superioridad de algunas razas y de algunos individuos, lo que Gaitán negaba a priori, al decir que “el pueblo es superior a sus dirigentes”.

Señalar con el dedo en el aire añade énfasis a las palabras indicando que se es poseedor del camino correcto. En cambio, el puño en algo, ligeramente volteado, invita a la lucha colectiva. Es un llamado a la participación de los ciudadanos a los cuales se está dirigiendo.

La mano en la cadera – gesto clásico de Mussolini – contrasta con la pose reiterativa de Gaitán al poner una mano en el bolsillo. La mano en la cintura, dicen los especialistas, es una posición que demuestra. autoridad y superioridad. Es un gesto típico de los militares y refleja firmeza y control de la situación.

“Yo tengo el poder”, estos gestos indican dominio e intención de mostrar superioridad.

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En cambio, una mano en el bolsillo refleja que se trata de un ser desprevenido, confiado, sin propósito de dominio, pacífico, pose muy frecuente en Gaitán.

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La expresión del rostro también muestra, en el uno soberbia. En el otro seguridad en sí mismo.