Alwaght- Después de los ataques de Arabia Saudí a Yemen, el grupo terrorista Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP) lleva a cabo sus actividades a favor de los objetivos de los saudíes contra el movimiento popular yemení Ansarolá.
Se decía que esta rama de Al-Qaeda era más activa que otras antes de la muerte del líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden. Al-Qaeda se aprovechó del descontento generalizado de los yemeníes con su gobierno, especialmente en el campo económico, para desarrollar sus actividades y atraer a jóvenes.
Sin embargo, los cambios en Oriente Medio redujeron el poder efectivo de la rama de Al-Qaeda en Yemen. En el 2007, en particular, las tribus iraquíes entraron en la lucha contra los terroristas de Al-Qaeda lo que impidió el desarrollo de las actividades de este grupo. Entonces, los líderes de Al-Qaeda decidieron encontrar un nuevo espacio para sus movimientos y vieron la situación crítica de Yemen el mejor escenario para el crecimiento de los terroristas.
De este modo, durante un corto tiempo, Al-Qaeda inició sus actividades desestabilizadoras en Yemen. Cuando los ataques aéreos de EEUU contra este grupo terrorista en Irak, Afganistán, Arabia Saudí, Paquistán y otros países complicaron la situación a los terroristas, ellos decidieron cambiar sus centros de operaciones a nuevos espacios fuera del control de EEUU. En este enfoque, Yemen, debido a su situación crítica, fue un espacio adecuado para el crecimiento de los terroristas de Al-Qaeda. Por lo cual, esta organización pudo incrementar el poder de su rama yemení después de 2009.
La organización de Al-Qaeda logró volver a mostrar músculos ante sus partidarios y enemigos tras el fortalecimiento de las estructuras de su rama en Yemen y de esta forma abrió una nueva etapa en sus actividades terroristas después de los movimientos revolucionarios surgidos de la Primavera Árabe en países de Oriente Medio. Por otra parte, el éxito de Al-Qaeda en Yemen pudo ayudar a los líderes principales de esta red terrorista a realizar los cambios necesarios en su estrategia. Tras el fracaso de Al-Qaeda en cumplir sus metas definidas desde su fundación, ahora los líderes del grupo presentan la invencibilidad y la resistencia de Al-Qaeda ante los ataques del Occidente como el nuevo objetivo de la banda para convencer a sus simpatizantes a seguir sus actividades terroristas.
Al-Qaeda logró expandirse en la región basándose en factores estructurales, entre ellos el entramado social de las tribus, la economía ineficaz y el alto nivel de desempleo, además de la grave corrupción política entre las autoridades del régimen y los organismos locales yemeníes. La estrategia operativa que siguió Al-Qaeda en Yemen se parecía a la que practicaba en Afganistán y Paquistán: crear alianza con las tribus locales, reclutar los jóvenes de los mismos pueblos y así convertirse en una parte del tejido social de estas comunidades y, por consiguiente, atraer el apoyo de las tribus a Al-Qaeda y a sus miembros. La influencia de Al Qaeda en la estructura social de las tribus yemeníes es un obstáculo costoso en el camino de la lucha contra este grupo terrorista. Con el aumento de protestas en Yemen, Al-Qaeda hacía hincapié en sus propagandas en la incompetencia del Gobierno yemení para resolver las crisis y cumplir con las demandas del pueblo. Como el resultado del aumento de actividades de Al-Qaeda en Yemen también se incrementaron las reacciones del Gobierno yemení y de Estados Unidos contra el grupo terrorista. Por ejemplo, el exsecretario de Defensa estadounidense Robert Gates comentó que la inestabilidad y el desvío de atención hacia Al-Qaeda era su primera preocupación sobre Yemen. Finalmente, Washington llegó a un acuerdo con los líderes del gobierno de transición en Yemen en el que Al-Qaeda se considera el enemigo común para ambas partes.
No obstante, después del inicio de las ofensivas aéreas saudíes a Yemen, Al-Qaeda intentó infiltrarse en la coalición saudí para así disfrutar de los apoyos financieros y logísticos de Riad en la guerra contra la revolución popular yemení. Cabe mencionar que Arabia Saudí también tenía ganas de aumentar su cooperación con el grupo terrorista, de modo que durante los últimos meses le encargó controlar varias ciudades yemeníes.
Los terroristas de Al-Qaeda han ampliado su presencia en Yemen gracias a los ataques saudíes, ocupando partes de provincias Lahej, Hadramaut, Adén y Abin. Según los analistas políticos, estos avances de Al-Qaeda son planeados por saudíes con el fin de completar la zona de influencia del grupo extremista en el sur de Yemen, poner presión a los revolucionarios yemeníes y prevenir cualquier acto disuasivo contra las fuerzas de la coalición saudí, especialmente en Adén.
Cabe añadir que de acuerdo con los informes de los medios de comunicación saudíes, las fuerzas de la coalición árabe han matado a cientos de militantes afiliados a Al-Qaeda, en sus ataques aéreos al puerto de Al-Mukala en el sur de Yemen, y han causado el retiro de terroristas desde algunas partes de Yemen.
Los analistas consideran indicados informes como un teatro político fabricado para alcanzar ciertos objetivos y creen que la huida de Al-Qaeda de algunas partes del territorio yemení fue producto de un "acuerdo" entre los terroristas y los saudíes, así que el poder militar no desempeñó papel alguno en los recientes acontecimientos.
En resumen, además de cobrarse cientos de vidas humanas, la intervención saudí sigue creando caos e inseguridad en Yemen mientras que la aprovechan los terroristas de Al-Qaeda para extender su radio de influencia, de modo que el grupo extremista ya se ha convertido en un factor importante en las ecuaciones políticas y militares de Yemen.